Zac Harrison.
La llamada de Alaia no la esperaba en lo absoluto, además de quedar un tanto sorprendido una sensación de bienestar se instalo por breves segundos en mi interior. Sabia que su excusa de la reunión no era mas que mentira. Una breve sonrisa aparece por mi rostro al imaginar de nuevo su rostro teñido de un rojo muy notorio no debido a la vergüenza o algo parecido estaba seguro que para ella era más importante su dignidad acompañado de su orgullo.
Me encontraba en el interior del jet que iba directo a Londres, tuve que tomar un vuelo de urgencia ya que tenia que solucionar un problema de seguridad que se había presentado en una de las franquicias. El director de esta me había dado el informe de lo sucedido y parece que no era algo que no se pudiera solucionar pero sin embargo necesitaba de mi presencia. En Londres estaba un de las sedes mas importantes de la Empresa y por lo tanto su manejo era minucioso, aunque no fuera grave tenia que estar al pendiente.
-Vamos a despegar Sr. Harrison, por favor apague sus dispositivos electrónicos y ajuste su cinturón- Se acerca una de las azafatas.
Asiento y me dedico hacer caso, ella me dedica una sonrisa dejando ver todos sus dietes, la chica era rubia, a simple vista podía notar que tenia un buen cuerpo su tez era clara. Coloca uno de sus mechones que sobre salía de su cabello recogido detrás de su oreja de forma coqueta. Le devuelvo una sonrisa de medio lado y centro la vista en el reloj de mano que llevaba, ya era tarde, habia salido de Nueva York aproximadamente a las 9:00pm y el vuelo tardaría casi siete horas. La mujer camina de nuevo hacia su lugar y ajusta su cinturón.
Luego de unos largos minutos acompañados de pequeñas turbulencias debido al aterrizaje ya estaba bajando del avión. enseguida noto que ya se encontraba estacionada una camioneta de color negro.
-Sr. Harrison, Buenos días- se acerca el chofer.
ya había amanecido hace unas cuantas horas. Londres le llevaba 5 horas a Estados unidos. Mientras que aquí eran las nueve de la mañana en Estados Unidos eran las cuatro de la madrugada estaría amaneciendo.
-Buen día- Digo en tono serio.
Me doy cuenta que dejan mi equipaje en el baúl del auto mientras que yo iba en dirección a este para subirme en la parte trasera.
-Sr. Harrison, ¿Quiere que lo lleve al hotel o a la sede?- dice el conductor.
-La sede- digo serio.
De inmediato nos dirigimos a la dirección donde se encontraba. No había olvidado el trafico de Londres, no era tan estresante como el de Nueva York pero parece que ya me había acostumbrado a este, la arquitectura no era alguna en específica, se trataba de una mezcla debido a las épocas por las que había trascurrido. El edificio donde se encontraba ubicada la sede era estilo gótico, es uno de los pocas estructuras mas antiguas que aún quedaba, pero eso se debía a la ubicación. Se trataba del centro de la ciudad; allí se sugería conservar la arquitectura gótica. Cuando decidimos abrir en la ciudad fue un gran reto la remodelación del interior, pero como solía decir mi padre si entraste un pie el segundo ya está adentro. Así fue, la sede ya llevaba en funcionamiento casi cuatro años.
-Sr. Llegamos- habla el chófer.
Se había estacionado al frente de la entrada principal. Yo asiento para luego bajar del auto y seguir el camino hacia el interior. La persona que se encargara de la seguridad me pide algunos datos personales pero al darse cuenta de quien se trataba no duda en dejarme pasar. Le agradezco con un asentimiento de cabeza y continuo hacia la recepción, allí estaba una mujer de pie con vestuario muy elegante, era evidente que trabajaba aquí.
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Losh Harrison & Asociados
Teen FictionAlaia Losh una joven empresaria exitosa. Hija menor de una de las familias más importantes, poderosas y millonarias de Nueva York. Desde muy joven su padre la formó para tomar la presidencia de la compañía Losh (ESI), luego de que tomara la presi...