capítulo 45

469 36 0
                                    

Me encontraba en la sala de mi casa junto a la chimenea de gas. Con una tasa de café en mi mano derecha y la carpeta del informe de la empresa en la otra, tendría que hacer el trabajo del día de hoy en una noche, se trataba más de un tema administrativo que de finanzas. No era algo tan complicado.

Pensaré en comprar un gato, para acompañar mis días; pero en realidad no tendría tiempo para cumplir sus necesidades, sería todo un desastre con una mascota.

Subrayó en el informe algunas cuentas o conclusiones que se encontraban mal efectuadas. Hablaría con Heri para que lo arreglara mañana. Tenía demasiado trabajo por hacer así que demoraría casi toda la noche arreglando y ajustando algunos errores de algunos archivos importantes. Me levanto del suelo y camino hacia la cocina para volver a llenar mi taza de café, necesitaría bastantes si quería mantenerme despierta. Luego de servirlo camino nuevamente hacia mi antiguo sitio y recojo la carpeta de la mesa para caminar en dirección a mi oficina, pero antes apago la chimenea. Si continuaba trabajando allí terminaría dormida sobre los papeles así que no podía arriesgarme.

Estaba tan concentrada en unas cifras de un contrato que al escuchar el tono de mi teléfono sonar me sobresaltó enseguida, de inmediato hago una mueca de disgusto al ver el nombre en la pantalla.

-Maylo es tarde, si es por la carrera te he dicho que...-no permite que termine.

-Alaia ¡disculpa por llamar a esta hora pero te necesito urgente!-habla preocupado.

-ahora no puedo, mañana tengo un viaje de negocios y mira la hora que es-verifico el reloj de la computadora (2:40am).

Llevaba trabajando varias horas.

-se trata de Ester...

De inmediato al escuchar el nombre de mi hermana mi cuerpo se enfría cono si me hubiera caído un balde de agua helada.

-¡¡DIME QUE SUCEDE CON ELLA!!- hablo con todo el pánico posible.

-cálmate, ella está bien pero está metida en algunos líos por aquí-dice nervioso.

-¿en donde están?-me levanto del asiento para correr hacia mi cuarto.

-ya te mando la dirección-finaliza la llamada.

En que embrollo se metería Estera, no tenia tiempo para esto ahora pero era mi hermana no le podía dar la espalda, pero había una pregunta que me rondaba la cabeza ¿por qué Maylo y Ester se encontraban juntos?.

Saco de mi armario un saco holgado negro y una pantalón del mismo color, los acompañaría con unos tenis blancos; no sabia que podría pasar así que tendría que irme preparada. Me cambio de ropa; mientras que me estaba amarrando los cordones de los tenis escucho la notificación del mensaje llegar. Desbloqueo el teléfono y me fijo en la dirección, se trataba de un barrio a las afueras de Nueva York.

Ya me encontraba lista así que bajo corriendo las escaleras y tomo las llaves de la camioneta para irme a la dirección donde se encontraba Maylo y Ester, las calles estaban vacías solo veia a uno o dos carros de camino, todos los almacenes o establecimientos se encontraban cerrados. Luego de unos largos minutos me doy cuenta que me estaba acercando a la zona de los suburbios, de inmediato un recuerdo se viene a mi mente.

*recuerdo*

_6 años antes_

-¿Maylo por qué me traes aquí?-pregunto.

-Al, eres una de las mejores corredoras de autos que que conozco, ya es hora que entres al ruedo-habla.

-este barrio se ve peligroso-digo nerviosa.

Losh Harrison & AsociadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora