Capítulo 22

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Zac Harrison.

Tomo a Alaia entre mis brazos y la dejo en el sofá rápidamente, me asustaba verla así, se había desmayado.

-¡Alaia! despierta- sacudo suavemente su hombro.

-¡Alaia!... vamos despierta-tomo su rostro entre mis manos.

-¡Alaia, por favor! ...- pasan unos segundos y reacciona.

Trata de abrir sus párpados lentamente y Pone su mano derecha en su frente. Se levanta lentamente y se trata de acomodar mientras tanto le ayudo a sentarse con cuidado en el sofá.

-qué...ee su...cedio- dice arrastrando las palabras.

-te desmayaste- se toma la cabeza y la recuesta en el espaldar.

-mi cabeza va ha explotar- dice casi para ella.

-vamos, te llevaré al hospital, necesitas que te revisen- hablo serio.

-estoy bien, no es necesario- dice ella con ojos cerrados.

No la dejaría irse así no más, me preocupa que le pueda volver a pasar.

-Alaia tienes que ir te llevaré- le digo.

-no es necesario puedo ir sola- habla entre dientes, se levanta y se tambalea.

La tomo rápidamente de la cintura y la ayudo a recuperar el equilibrio.

-es mejor que vayamos-ella se queda callada y solo asiente.

-vamos- ella toma su bolso.

La tomo de la cintura y ella pasa su brazo por mi espalda para evitar caerse,salimos de la oficina y voy hacia la recepción donde se encuentra Angelita, ella nos observa con preocupación al ver el estado en el que se encuentra Alaia.

-que sucedió- dice ella muy preocupada.

-se desmayó, Angelita cancela todas las reuniones y citas, dile a mi secretaria por favor.

-si señor- afirma-le dije a la señorita Alaia que se veía mal cuando llego y no quiso escuchar- dice en modo de regaño.

Camino hacia la entrada y se encontraba Julio.

-Julio saca las llaves del auto de mi bolsillo- el hace caso.

-necesito que lo traigas por favor- él asiente y corre por el.

Espero unos minutos cuando parquea el auto frente a la entrada, Julio abre la puerta del copiloto, ayudo a subir Alaia y ella se coloca el cinturón, le doy la vuelta auto y subo en el.

-gracias Julio- le digo.

-con gusto señor Harrison- asiento.

Conduzco hacía el hospital, Alaia estaba recostada como una niña, sus ojos estaban cerrados podia notar sus largas pestañas. No tardamos mucho para llegar al hospital, estacionó el auto y bajo para ayudarla.

-no te duermas Alaia escúchame ya llegamos- ella abre sus ojos y trata de bajar del auto.

-con cuidado- la ayudo a bajar.

La tomo de la cintura y caminamos hacia el interior del hospital al entrar todo el mundo corría para un lado y para el otro una enfermera se acerca a nosotros.

-que le pasa??-pregunta.

-se desmayó y se queja por un fuerte dolor de cabeza- la enfermera asiente.

-su nombre cual es?- habla.

-Alaia Losh- la toma del brazo para ayudarla a caminar.

-la llevaré a que la revise un doctor- dice la enfermera-puede esperar aquí-asiento.

Losh Harrison & AsociadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora