capítulo 33

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Abro mis ojos lentamente gracias a la luz de sol que se reflejaba en mi rostro. Agarro mi teléfono de la mesita y prendo la pantalla para mirar el reloj que marcaba las 7:00am, me levanto y tiendo la cama . Luego voy hacia el baño para tratar de organizar un poco mi aspecto, tenía que ir a mi casa para arreglarme.

Salgo de la habitación y voy camino hacia el primer piso. Todo se encontraba en silencio todo indicaba que no había nadie.

(Clarita no ha llegado)(pienso)

Busco las llaves de mi camioneta en mi bolso y las saco, camino hacia la salida. Cuando abro la puerta me choco con Clarita y Nick venían cogidos de gancho, parecían muy enamorados. Se veía que habían disfrutado la noche.

-Oh mi niña-habla ella avergonzada.

-Clarita, Nick buenos Días-hablo con una sonrisa.

-buenos Días señorita-habla Nick.

-no creí que estuvieras aquí, no me digas que hasta hora acabaron esos asuntos del trabajo-niego.

-no Clarita me quedé a dormir, además Zac viajaba temprano-hablo.

-Claro lo había olvidado el joven Zac viajaba a la madrugada a España- asiento-¿señorita ya comió algo?- pregunta.

-no te preocupes.

-no, tienes que comer algo.

-de verdad tranquila iré a mi casa a regalarme y allí comeré algo-sorio.

-está bien, entonces que te vaya bien- se acerca a mi y besa mi mejilla.

-igualmente Clarita, buen Día Nick-digo finamente y camino hacia mi camioneta.

Ingreso e inserto la llave y la giro para encender el motor, observo por unos segundos a Clarita y Nick entrar a la mansión. Sus blancas cabelleras se veían brillar por la luz del sol, de inmediato una sonrisa aparece por mi rostro.

Aparto mi mirada y me Concentro en el camino. conduzco hacia mi casa y gracias a la hora temprana no había mucho tráfico, tardo en llegar 45 minutos. Estacionó mi auto y agarro mi bolso, luego camino hacia la entrada de la casa e ingreso a ella abro con las llaves y camino hacia el interior.

Cuando estoy cerca de la entrada de la cocina escucho música en el interior. Senti miedo en mi interior solo me imaginaba lo que encontraría. Me acerco a pasos cortos a la entrada y por el camino tomo un jarrón entre mis manos, "estaba lista para atacar al intruso". Cuando finalmente puedo ver de quién se trata me sorprendo al ver a mi nana Reichel. Al instante dejo el jarrón en el mesón y corro abrazarla.

-Alaia estas hermosa- dice entre mis brazos.

-cómo estás Reichel-la abrazo más fuerte-qué haces aquí?-hablo con una sonrisa.

-llegue antes-nos separamos- tengo que hablar contigo- toma mi mano entre las suyas.

-claro dime-digo cortés.

-mi hijo heredo una casa a las afueras de Nueva York gracias a su abuelo paterno. Es campestre y muy hermosa.

-entiendo.

-y mi niña hermosa, él quiere que me mude allí-algo en mi se entristece.

-te irás-hablo triste.

-si, pero lo único que cambiará es que no viviré aquí mi niña, por que vendré a trabajar todos los días-habla tranquila.

-Reichel te quedaría muy lejos-hablo- es mejor que ya te des un tiempo para ti- digo sincera.

-claro que no, llegaría rápido con el metro- habla entre risas-por favor no evites que trabaje por que me deprimire mi niña-habla.

Losh Harrison & AsociadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora