Capítulo 60

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Me quedo observando su semblante desde la puerta, estaba recargado en el marco de esta con la atención plena en aquella mujer que me hacia poner el mundo al revés; me detallo y veo como su ceja izquierda estaba levanté fruncida mientras que entre cerraba un poco sus ojos en forma de concentración sus facciones eran delicadas y femeninas, además de que sus labios estaban adornados por un labial rojo que hacía resaltar de forma sutil todo su rostro, además me percato de que llevaba un pequeño roño desordenado en su cabeza. Era hermosa.

Prácticamente estaba tirada en el suelo sentada encima de la alfombra con bastantes carpetas organizadas por columnas y colores, parece que hacia algunas cuentas en su cabeza ya que luego de pesar lo verificaba en la calculadora que tenia a su lado para luego escribirlo en el mismo folio.

Era tiempo de hacer acto de presencia ya que no se había percatado de que me encontraba allí

-No sabía que tendría la oportunidad de algún día verte con ese moño en tu cabeza- Mi tono de voz era suave.

Ella se sobresalta un poco pero al notar que era yo su rostro se relaja pero sin embargo había una pisca de sorpresa en su rostro.

-No sabía que aún seguía alguien en la Empresa- Dice tranquila-Y en realidad así debería ser ¿No cree?-dice seca.

-Pasaba por acá y creí ver la luz prendida desde la calle, así que adivine que estabas aquí. Opte por venir a saludar- Digo con una sonrisa.

Que excusa mas barata.

-Pero que visión tan excelente tiene señor Harrison, me sorprende que pueda ver el último piso de un edificio que tienen 85 pisos desde una distancia tan lejana-Dice con gracias-Además que la neblina que tapa gran parte debido a la altura no le ayuda para nada, lo felicito-Dice con orgullo.

-Hasta yo me sorprendo Srta. Alaia- me quedo fijo en sus ojos-Me sorprendo de lo que uno llega a pesar por alguien- Suelto de pronto.

Sus ojos se instalan a los pocos segundos en mi con una dilatación evidente pero luego de unos segundos pierdo el calor que trasmiten. Aparta la mirada y rodea su escritorio en busca de sus tacones. No me había percatado que estaba descalza; no la consideraba una mujer alta o baja, su estatura estaba en el promedio así que la diferencia de algunos centímetros de mas n era tan evidente sin embargo, yo llevaba una cabeza completa.

-Veo que estas muy arreglado- Dice serena mientras que sus ojos viajan por mi cuerpo. Era evidente que le gustaba lo que veía.

-Así es, tenemos una reunión a la que debemos asistir pero veo que se le ha olvidado Srta. -Digo como si nada pasara. En realidad lo consideraba porque ella nunca me dijo que estaba enojada conmigo o algo parecido.

-Se equivoca, Sederik se tomo la molestia de invitarme a mi sola y su pongo que usted también recibió su invitación por separado- Habla con orgullo.

-No te veo cambiada y si mal no recuerdo es a las 8:00pm-digo.

-7:00pm- corrige

-Aun peor falta media hora para la hora y como tu sabes atravesar esta ciudad mas en dirección a tu casa es bastante complicado-Digo con sarcasmo.

-No iré, y ya que viniste de ¨casualidad¨ podrías darles mis disculpas por mi parte- Se sienta en el escritorio.

-No puedo hacer eso-digo.

-A cierto, supongo que no pueden saber que llegaste de tu viaje tan pronto, te gusta vivir a escondidas-Suelta con enojo.

Su rostro de había tornado ligeramente rojo además sus facciones se contraen. Eso había sido una indirecta muy directa.

Losh Harrison & AsociadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora