Capítulo 55

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Alaia Losh.

Al escuchar las palabras de Zac todo mi interior se encendió de ira. Estaba bastante enojada y lo menos que quería era hablar con él. Ataco mi punto más débil, la vida profesional es algo por lo que he luchado con las uñas y no estaba dispuesta a permitir que pasaran por encima de mi. Nadie.

Todo el recorrido estuvo en silencio yo estaba hundida en mis pensamientos mientras que veía la ciudad por la ventana. En algunos momentos sentía la mirada de Zac puesta en mi por breves segundos. Sabia que ha lo que se refirió Zac de mi no fue cierto pero me enojaba el echo de que me utilizo para causar daño a otros no estaba de acuerdo. Se que Sederik no era la mejor persona pero eso no justifica lo que hizo. Además no tenía ningún derecho de hablar sobre mi desempeño profesional.

Siento que el auto para, miro por la ventana y ya estaba al frente de mi casa. Lo único que quería era salir de una vez del auto lo más rápido posible, Zac me toma del antebrazo y no permite que me baje.

-No sabes cuanto me enojo que me tomen del brazo, suéltame- digo zafándome con enojo de su agarre.

-Alaia lo que dije no era verdad vale, solo... no pensé lo que hable-pasa su mano por su nuca.

-Escúchame bien Zac Harrison-digo severa-!No tienes ningún derecho de juzgar la clase de Profesional que soy, puede que no me haya tocado como tú, pero nadie sabe que he tenido que hacer para lograr llegar donde estoy!-trato de calmarme pero la ira era evidente- ¡Ahora no vuelvas a meterme entre tus discusiones, no cuando no me conciernen en lo más mínimo!.

Con decisión bajo del auto, cierro la puerta y me acerco a la ventana que se encontraba abajo.

-Una disculpa no era una mala opción, pero veo que no sabes hacerlo-hablo cortante-Buena noche.

Finalmente me alejó y camino en dirección a la entrada principal de mi casa. Abro la puerta y sin mirar atrás cierro sin percatarme si Zac ya se había marchado.

Cuelgo mi abrigo y mi bolso en el perchero para luego dejar las llaves encima de la pequeña mesa de la entrada.

-Que día el mío-digo para mi.

Me tiro en el sofá, para revisar los mensajes de teléfono. Algunos eran de Ester preguntado cuando podíamos vernos y otros eran de Lea. Estaba muy olvidada de ella. Tendría que salir con Lea pronto.

Estaba agotada, camino a la cocina y preparo un emparedado rápido para luego llevarlo para mi cuarto y comerlo allí viendo una película.

Al terminar la película lo primero que hago es apagar el TV y dejar el plato del emparedado en la mesita para poder acomodarme bien en mi cama y poder conciliar el sueño.

...

A la mañana siguiente me levanto debido a la alarma de mi teléfono, eran las 5:50am de la mañana, me levanto a regañadientes iba ir a correr. Hace ya bastante tiempo que no lo hacia pero falta si me hacía. Me cambio con una licra negra una chaqueta morada y tenis del mismo color. Tomo mi cabello en una pequeña cola y me dispongo a salir.

Troto aproximadamente 5 km tarde una hora en volver a casa. Camino directo a mi habitación para darme un largo baño y prepararme para ir directo a la Empresa, hoy opté por un pantalón alto vota campana en cuadros, una blusa manga larga azul celeste junto a un bolso negro y unos tacones abiertos del mismo color.

Recojo mi cabello en una pequeña cola baja, unos cuantos mechones cortos de cabello caen sobre mi frente decorando mi rostro dándole un aspecto agradable. Camino hacia el espejo de mi tocador para maquillar un poco mi rostro y tomar mi reloj de mano para colocarlo en mi muñeca izquierda. Perfecta, digo a mi reflejo. Tomo mi bolso de encima de mi cama para luego bajar al primer piso.

Losh Harrison & AsociadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora