𝕔𝕠𝕟 𝕦𝕟𝕒 𝕤𝕠𝕟𝕣𝕚𝕤𝕒 [𝐍𝐚𝐡𝐨𝐲𝐚 𝐊𝐚𝐰𝐚𝐭𝐚 𝐱 𝐎𝐜]

Capítulo 8

| Golpe |

Mis lágrimas querían salir, no sabia como reaccionar, todo estaba yendo... tan bien.

-¿quieres entrar a tu casa? -preguntó Nahoya yo asentí sin mirarlo, aún no podía creer lo que vi.

-no se que hacer... -toqué mi cabeza confundida.

-ven. -avancé con él hacia la puerta de mi casa en silencio, prácticamente me guió hasta ahí- deberías hablar de esto con tu padre al menos.

-s-si... -miré hacia abajo- cuando llegue del trabajo... lo esperaré y aclararé las cosas. Hmm... -puse un rostro triste, mis ojos se cristalizaron- gracias por todo Nahoya.

-no voy a dejarte sola en estas condiciones, Minn. -hablaba enserio- no podría irme tranquilo sabiendo como estas. -sonrió, se notaba que trataba de animarme.

-esta bien... al menos fue un día genial.

-entiendo que esto es difícil. -se puso justo en frente mío, estaba tan cerca que me puse nerviosa mirando hacia arriba para poder verle la cara- aclara las cosas con tu papá y luego con tu mamá, pero no puedes ser parte de ese secreto, los... malos secretos siempre traen malas consecuencias. -yo lo escuchaba atentamente- y si quieres llorar esta bien.

Yo negué apretando mis labios para no romper en llanto.

-no aquí contigo.

-no es la primera vez que te veo llorar. -levantó una ceja con una sonrisa de comprensión.

-no, pero... -ya no aguantaba, mi voz iba a quebrarse- nos vemos mañana Nahoya. -hice un pequeño puchero.

Iba a dar la vuelta para irme, pero antes de que eso sucediera, él me tomó del brazo y me atrajo hacía él rodeandome con sus brazos, colocando su mano en mi cabeza para apegarme a él. Inmediatamente sentí mis ojos nublarse.

-esta bien... -susurró de una manera dulce.

-tengo miedo, Nahoya. -dije entre sollozos mientras le correspondía el abrazo- ¿que va a suceder ahora? ¿Qué más va a suceder? Ellos no se llevan bien, pero... si se separan todo será peor.

Escuché su suspiro, al parecer estaba pensando.

-es mucho mejor que ocultar algo así... la verdad siempre sale a la luz lo creas o no.

-van a odiarme.

-no... ¿por qué van a odiarte?

-porque yo delataré a papá, y él va a odiarme, y luego tal vez mi madre lo haga también.

Puse mis manos en mis ojos mientras seguía apegada a Nahoya.

-esta bien, pase lo que pase no estarás sola. -se separó de mi colocando sus manos en mis hombros, agachadose a mi altura para poder observarme con esa sonrisa tan radiante de siempre- Minn, hagamos algo.

-¿que cosa? -limpié mis lágrimas.

-dame tu número de teléfono.

-¿huh? ¿Para qué?

-hazlo. -sonrió.

-uh... bi-bien.

Saqué mi móvil y le di mi número, luego Nahoya lo anotó mientras se separaba de mi y me marcó a mi móvil.

-listo, ahora tú tienes mi número. -me sonrió- si ocurre algo, a la hora que sea, vendré por ti, ¿si?

-¿y si es a las cinco de la mañana?

-entonces vendré a las cinco de la mañana.

-pero estarías durmiendo.

-Minn, eso aún no pasa. -rió nervioso o con ternura a la vez.