#Veronica
Eran como las 6am cuando un fuerte portazo me despertó de golpe.
— ¡Feliz cumpleaños! —me grito la Mané, levante mi cabeza y ella me estaba sonriendo, atras veia a mi papá y mis hermanas nerviosos.
— fuera —murmure antes de acomodarme para seguir durmiendo.
abri un ojo cuando no senti que la puerta se cerrara y la vi en la misma posición sin intenciones de moverse.
— Yapo, Coca. Se que no te gusta celebrarlo pero te compre una torta de arandanos.
la mire mal.
— soy alergica a los arandanos, Mané.
su cara cambio altiro a una de vergüenza, por lo que relaje mi rostro para que no se sintiera mal.
— hija, mejor dejemosla tranquila, comamos la torta en el desayuno y yo te acompaño a comprar una de menta para tu hermana ¿ya?
ella asintio y bajo la cabeza retirandose de mi pieza.
la llame antes de que saliera— gracias —le dije, al instante ella me sonrio y su animo mejoro casi al instante.
mi hermana no tenia la culpa, todos nos podemos equivocar en esas cosas.
exactamente a las 12pm me levante y me bañe, me arregle sencillamente y baje a comer algo.
me encontre a la polola de mi papá y la salude de un beso en la mejilla, me comi un pan solo y agarre mi bolsito con mis cosas para irme.
grite un "chao" por las escaleras y todos se despidieron, en la entrada me encontre a la Paz con una mirada seria.
ella mas que nadie sabia que sentia cuando alguien me sonreia en mi cumpleaños.
no tenia una explicación facil, pero todo lo relacionado a felicidad me repugnaba, me causaba sentimientos de odio y mucha pena.
saliendo de la casa nos encontramos con toda la familia Godoy, incluyendo obviamente al Ian.
lo mire feo y salude a la tia Lorena, a los sobrinos de ella y al Mati, hice vista gorda cuando el Ian intento saludarme.
nos fuimos caminando al cementerio, compramos las flores favoritas de mi mamá en la entrada y la Paz compro un arreglo floral de tulipanes rosados.
mi amiga me ayudo a limpiar la lapida, remarcamos las letras con plumón permanente y regamos las flores ya puestas.
— ¿Que hago con esta agua? —me pregunto mostrándome la botella a la mitad.
— échaselo a esa tumba —le apunte la lapida vecina y regó esas flores que ya estaban medias marchitas.
nos quedamos un rato en silencio admirando la tumba de mi mamá, decidimos enterrarla junto a su mamá, mi abuela, no alcancé a conocerla, pero sabia que se querían mucho.
recordé a mi mamá en mi mente, todo lo que pasamos juntas antes de que muriera, su risa, sus ojitos verdosos, sus pecas que me heredo. Recordé hasta su lunar en la frente, el cual decía que era su tercer ojo.
siempre reservaba mis recuerdos y pensamientos de mi mamá para este día, así podia sentirlo y poder soltarlo todo de una vez. Sentía que de esa manera no me consumía la tristeza.
después de un rato nos fuimos, nos sentamos en unos columpios que habían fuera del cementerio.
— ¿Coca?
punkydog (16 hrs)
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me tire al cuico
Teen FictionLa regla sagrada de las Ortega era nunca jamás en la vida meterse con un cuico, lo que la Coca no logró hacer por que... ¡se tiro al cuico de la esquina! (bajo edición en febrero)