#Veronica
— oye, despierta —sentí al Ian hablarme mientras me acariciaba la mejilla— ya llegamos.
estabamos en su casa.
el al darse cuenta de que seguía media dormida me tomo en brazos, cual princesa, y me llevo a su pieza.
en cuanto me deja en su cama, lo tomo de la muñeca para que se acueste conmigo.
supuse que no había nadie en la casa, ya que no había ruido.
antes de seguir durmiendo, hablo de la nada.
— perdón, perdóname por todo. Estaba frustrado por no poder estar contigo, sabia que te gustaba el Agustín y siempre pensé que me veías como un hermano, me porte como un aweonao en ese carrete y los días después. Pero no soportaba que te alejaras de mi y que estuvieras tanto con ese culiao'. Se que no soy lo mejor, tengo claro que te lastime mucho y que decírtelo ahora no va a cambiar las cosas. solo se que me gustas, coca. Y ese sentimiento crece cada día. Me gustas completamente, tu forma de ser me tiene loco, y no sabes como me encanto cuando me miraste con deseo en ese baño. Perdóname por ser así, porque no sabia que era lo que quería, pero algo si se, y es a ti.
— ay, espérame que recién me desperté.
levante mi torso para poder mirarlo mejor, sinceramente no sabia que decirle. Había sido una bomba, linda, pero de la nada.
acerque nuestras caras y el tomo mi pelo para que no se me fuera a la cara, de una manera muy delicada.
— te quiero, tonto. Aunque cambies tus humores a los segundos, me gustas.
sin mas que decir, lo bese.
sin terminar el beso, saco de algún lado un moño y me amarro el pelo sin tirarlo. Lo que dejo sus manos liberadas, claramente no se demoro nada en posicionar ambas manos en mi cintura.
Una de ellas subía cerca de mi sosten por encima, pero la otra no bajaba.
— ¿puedo? —me pregunto apuntando mi poto.
asentí sonrojada y volvió a juntar nuestras bocas, esta vez volviéndolo mas apasionado y con mas fuerza.
su mano bajo a mi poto y empezó a acariciarlo, daba uno que otro apretón. Con ambas manos me subio completamente a sus piernas, una de sus manos subio a mi cuello, tomando mi mandíbula para guiar mis
movimientos.la mano que tenía abajo la uso para moverme, generando fricción entre nuestras partes. Antes de volver a hacerlo, separo nuestras bocas un poco.
— te quiero, Coca. Y quiero hacer todo lo que esté a mi alcance para dar lo mejor de mi y poder ofrecértelo.
no me dejo hablar y volvió a juntar nuestros labios.
me mordía el labio y después metía su lengua incitándome a copiarle. Mis manos fueron a sus rulos, y las suyas a mi cintura, moviéndome.
baje mis manos a su cuello para subir su cabeza a la altura de la mía, cada vez me movia mas fuerte, lo bese, sus manos traspasaron mi pantalón, pero encima de mis calzones.
algo que me provocó más.
empece a moverme, intentando seguir su ritmo, sentía que cada vez era mas placentero, al punto en que nos complació tanto que el beso paró.
ahí supe que los dos habíamos llegado a una especie de clímax. Sonreí por lo que habíamos hecho.
junto nuestras frentes y me dio otro beso, esta vez mas tierno.
— quiero que lo intentemos —le propuse de repente— si las cosas salen mal, al menos lo intentamos.
sonrió y me abrazó, repitió muchas veces un "si"
me provoco una sensación de calma, toda la situación y como estaba tan cómoda a su lado.
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me tire al cuico
Teen FictionLa regla sagrada de las Ortega era nunca jamás en la vida meterse con un cuico, lo que la Coca no logró hacer por que... ¡se tiro al cuico de la esquina! (bajo edición en febrero)