La regla sagrada de las Ortega era nunca jamás en la vida meterse con un cuico, lo que la Coca no logró hacer por que...
¡se tiro al cuico de la esquina!
(bajo edición en febrero)
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#Veronica
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— ¿yo te gusto? — le pregunte tomando sus manos.
me sonrió, note un brillo en sus ojitos que nunca vi.
lo vi de una manera tan diferente, como si fuera otra persona. Note mas sus pecas, su piel hermosa, sus chochos perfectamente definidos, ¿se hará permanente?
— si, Coca. Hace mucho tiempo —respondió, empezó a jugar con nuestras manos distrayéndose.
antes de pensar lo que iba hacer mis manos llevaron las suyas a mi cintura.
note su sorpresa en sus reacciones. Pero no me soltó, sonreí cuando me dio un pequeño apretón.
me acerqué a él lentamente, el relamió sus labios entusiasmado.
— ¿vas a salir corriendo si te beso loco? —le pregunte burlona.
— quien sabe —respondió a centímetros de mi boca.
lo mire a los ojos y por fin juntamos nuestros labios.
se sintió tan bien esa sensación en mi guata y me asusto. No pude evitar en pensar sobre mis sentimientos hacia el Ian.
queria creer que era algo superficial, fisico. Aunque sabia que no era verdad, en el fondo queria ocultaro, queria creer que tenia sentimientos hacia el Agustin.
antes de seguir pensando, el Ian me subio al lavabo y se posiciono entre mis piernas.
nos seguimos besando hasta que alguien toco la puerta.
me asuste y lo separe de mi, me baje y mire y si me habia mojado el pantalon, no.
— ven —me dijo, me acerque y me peino, arreglo mi poleron que estaba subido y me dio un beso en la frente— sal tu primero, yo espero.
sonrei como weona y agarre mis cosas.
salí y lo primero que vi fue al Agustín esperándome, me puse nerviosa y un sentimiento de culpa me inundó. Mientras me comia con el Ian, el me estaba esperando.
— te demoraste —me dijo medio enojado.
— si, perdona —le respondí un poco nerviosa.
paro en los ascensores y me tomo la mano.
— ¿que hacias en el baño?
levante una ceja por la pregunta y solté su mano de la mía.
— mear... —mentí, creia que decirle no tenía sentido.
solto una risa sarcástica que me molesto, aunque sabia que no tenía derecho a enojarme después de lo que hice.
— no soy tan imbecil —me dijo— te gusta ese weon, tu amiguito ¿cierto?
estaba confundida, no sabía si el sabía lo qué pasó en el baño o si era otra cosa.
— ¿de que hablas? —pregunte.
— no te hagai la tonta tampoco, que penca que seaí así en las citas, Verónica. —respondió, por su tono sentí que se burlaba.
algo que me enojo.
— ¿cita? —pregunte— ¿para ti es una cita hablar todo el rato de nuestras familias? pa' mi no. Es incomodo, no tiene nada que ver con nosotros los inmaduros que fueron y son nuestros papás.
— eso será tu papá, un cínico igual que tu.
me sorprendí y me enoje mucho mas con eso, como que de la nada le daba la wea y se enojaba.
— cínico tu hoyo, aweonao. Podi hablar muchas weas, pero de mi papa no, menos refiriéndote a si a el, deja de meterte en sus vidas y da la cara, si tanto queri saber que fue lo qué pasó, pregúntale a tu mamá, porque ella es la principal razón de lo que "supuestamente" hicieron.
— mi mamá no tiene nada que ver en esto, es mas...
antes de seguir hablando, vi a un Ian muy enojado acercándose a nosotros. En ese instante noté que el Agustín me había agarrado la muñeca bruscamente.
me solté y intenté parar al Ian. Era claro que quería pegarle, yo también quería, pero no era el lugar ni el momento. O quizás si.
— no —me dijo cuando puse mi mano en su pecho.
acto seguido, le mando un combo en la mejilla. Algo que el cuico no se esperaba.
— basta —lo frene cuando quería seguir— nos vamos.
lo tome de la mano y lo guié por las escaleras de emergencias, dejando al Agustín en la zona de ascensores.
antes de llegar al primer piso el Ian me tomo de la cintura y me acerco a el.
— ¿que te dijo? —me preguntó, movi mi cabeza dándole a entender que no quería hablar del tema.
solo deposita un beso en mi frente, algo que era costumbre, y el empieza a guiarnos.
llegamos a su auto y nos subimos, sin decir nada o preguntarme empezo a manejar. Supuse yo que a su casa.