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#Veronica

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#Veronica

— cresta, perdón

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— cresta, perdón. —me di vuelta inmediatamente cuando vi que tenia el pico afuera porque estaba meando.

— conchetumare —escuche el tipico ruidito de la cremallera cuando se cierra— que estaí haciendo, loca.

mire de reojo y ya estaba tapadita su anaconda.

— dejaste la puerta abierta —puse los ojos en blanco y me crucé de brazos— y...Es baño de discapacitados.

— ¿que estaí haciendo aca entonces?—me pregunto con ese toque burlon— ah, verdad que eri lokita tu, como dijo tu papá.

— yo no soy el mujeriego —contraataque.

— yo no soy la adicta al sexo —sonrío.

abri la boca de la indignación, me acerqué a el y le pinche el abdomen.

— hablai weas altiro—le dije y me aleje.

vio mis movimientos callado hasta que retrocedí, me agarró la muñeca y me acerco a el.

puse mis manos en su pecho para generar distancia y el aprovecho de agarrarme ambas muñecas.

— Ian, cortala —le reclamé.

sabia muy bien que queria hacer, lo hacia con todas sus pelaciones, y no iba a ser una de ellas.

— ¿paro? —me preguntó y quito una mano para ponerla en mi espalda, sin tocar demas.

— si —respondí frunciendo el ceño.

me miro confundido, supongo yo que esperaba otra respuesta.

— ¿como? —se alejo confundido

— para. Te conozco Ian, y tu lo sabes. Lo haces con todas, no podi ser tan maricon, me diste un beso en el hospital y te fuiste altiro, no me hablaste, me evitaste, me dejaste con la duda ¿y ahora quieres jotearme?

después de mi testamento solo negó con la cabeza.

— todavia no te daí cuenta, Coca. —me soltó las muñecas y tomo distancia.

— ¿De que? —le pregunte intentando acercarme.

me puso una cara de hoyo y se acerco a la puerta.

— nada, siempre es nada.

vi que se iba a ir, pero tome su brazo.

— no te lavaste las manos, asqueroso —lo molesté intentando calmar la cosa.

soltó el pómulo de la puerta y sonrió.

fue al lavamanos y empezó a lavárselas, lo que me hizo pensar que me toco las muñecas con las manos sucias.

wacala...

me acerqué a él mientras me observaba por el espejo, no fue hasta que estuve a su lado que me miro directamente.

— ¿porque para unas cosas eri tan inteligente y pa' otras tan aweona? —note que su voz sonó más apagada, como cansada.

— podi ser claro, porfa...

suspiro, solo suspiro.

me quede quieta viendo como se peinaba y después se secaba las manos sin decirme nada, de nuevo.

— Ian...

se acercó a mi lentamente, a una distancia prudente sin decirme nada.

coloco sus manos en mis hombros y subió a mis mejillas lentamente, no lo veía seguro de lo que hacía, parecía un novato.

solo me miraba a los ojos, note que los tenía vidriosos.  fruncí el ceño por eso, el aprovecho de colocar su pulgar en mi cien, justo donde se forma la arruga.

— cuando seai vieja vai a tener la media arruga, wachita —me molesto y sonrió, dejando de lado su timidez.

verlo tan distinto de como se comporta siempre, me provoco algo raro en mi, una sensación distinta a otras.

— porque todavía no te dai cuenta —me reclamo en un susurro.

solo acarició mis mejillas y eso me hizo clic en la cabeza.

sus tratos diferentes conmigo, su gestos, como me cuidaba. El hecho de verlo tan vulnerable me hizo entender una cosa.

quizás me podría estar pasando rollos, pero existía la posibilidad.

el Ian podría estar enamorado de mi.

me tire al cuicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora