#Verónica
Lunes, el odiado Lunes.
no quería ir al colegio, pero según la tía Lorena era mi deber. Lo bueno era que el Ian nos iba a ir dejar y no tendríamos que caminar o tomar la micro.
la llamada de la Paz me obligo a levantarme de la cama y vestirme, por suerte el Ian estaba en la cocina y el Mati le fue a abrir a que si pude vestirme en la pieza tranquila. Después de hacer prácticamente todo para estar comoda, tome mis cosas y baje a la planta principal.
visualice al Mati con la Paz viendo algo en el celular y al Ian comiendo huevo en la paila. La tía no se veía por lo que supuse que ya se había ido a trabajar. Me senté en la mesa y le quite al Ian la paila para poder comerme lo que quedaba.
— Tengo hambre —hable haciendo un puchero al Ian.
— ¿Te hago un pancito con queso? —pregunto apuntando el queso, asentí frenéticamente.
se levanto a hacerlo y yo mire a mis amigos discutir sobre algo, me acerque a mirar y se callaron al instante, levante la ceja y cruce mis brazos para que me explicaran.
— después te cuento —fue la Paz quien hablo.
— oe' —mire en dirección al Ian quien tenia mi pancito en sus manos, me di la vuelta y me dirigí otra vez a la mesa a comer el pancito que me hicieron con cariño— te veí bonita.
me sonroje con su halago sin evitarlo, tome mi pancito y me lo comí con la mirada del Ian en mi.
— gracias... —empecé a hablar— por todo en realidad.
se rio, me dio un corto abrazo y se dirigió a la puerta principal gritando que llegaríamos tarde, me lleve el pancito en la mano y agarre mi mochila. Me subí adelante antes que el Mati, se subieron atrás ahora mirándose feo.
— ¿Qué cagazo se mandaron? —pregunto de la nada el Ian mirando confundido su celular.
— ¿eh? —pregunte mirando su celular.
era una foto mía con el Ian de anoche, durmiendo juntos.
mire feo a mi amigo y mire al frente ignorándolos, era la mejor manera de demostrar mi enojo.
llegando al colegio me despedí del Ian, cuando baje del auto sentí a alguien mirándome, empecé a buscar a quien era hasta que me cruce con la mirada del Agustín, sonrió y me guiño el ojo antes de entrar al colegio.
hice una mueca de asco exagerada y entre también yendo directo a la sala.
desde que llegue he pillado al Agustín mirándome a cada rato, como ahora.
Mire al frente y como creí el Agustín me estaba mirando. Levante mi dedo corazón y me fui de la banca al baño. Al menos ahí nadie me iba a estar mirando.
me moje la cara en uno de los cinco lavabos mientras miraba mi cara llena de pecas, hice mi mano un puño y lo estampe contra grifo para que volviera a caer el agua, rápidamente acerque mi boca para tomar de esta antes de que se acabe.
levante mi cara del lavamanos en cuanto volví a sentir una mirada en mi, por el espejo visualice al Agustín atrás mío con una sonrisa, mire hacia la puerta y esta estaba cerrada.
¿se puede cerrar la puerta de los baños?
— ¿tus calzones son rosados? —pregunto mirando hacia abajo con su cabeza un poco inclinada— bonitos —rápidamente cubrí mi trasero con ambas manos y me di la vuelta enojada.
— podí parar con todo esto, me esta incomodando —pedí con una pizca de rabia en mi tono.
se fue acercando lentamente a mi, intente alejarme lo más que pude aunque los lavamanos me lo impidieran, puso ambas manos cerca de mis caderas apoyándose en la cerámica del mueble que unía todos los lavabos.
— ¿te incomoda lo que digo o yo? —pregunto en un susurro acercándose a mi oído.
— ambas —respondí firme sin demostrar lo nerviosa que me estaba poniendo.
— mal ahí... —sentí un beso húmedo justo atrás de mi oreja— tendre que pedirle perdón a la mina que me gusta...Perdón.
¿dijo gusta?
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me tire al cuico
Teen FictionLa regla sagrada de las Ortega era nunca jamás en la vida meterse con un cuico, lo que la Coca no logró hacer por que... ¡se tiro al cuico de la esquina! (bajo edición en febrero)