Capítulo 8

157 15 3
                                    

Detesto la sensación de llegar derrotada a la residencia, definitivamente mi día fue duro, además que desde hace unos días para acá tengo un sueño terrible, me quedo dormida casi en todas partes o si no, estoy en un estado de somnolencia como la que cargo justo ahora. Con pesadez abro la puerta de mi cuarto en la residencia y me encuentro con un gran ramo de rosas rojas y unas cajas de regalo que hacen que mi sueño se esfume y salga corriendo a ver que es todo esto. En las rosas hay una tarjeta que contiene escrito con una caligrafía limpia algunas frases

"créeme que si pudiera devolver el tiempo lo haría, volvería a aquel instante y me abstendría de privarnos a ambos de disfrutar de nuestro amor, anhelo devolver el tiempo, pero no puedo, aun así, no es tarde para pedirte perdón, ni para comenzar de nuevo, mucho menos para decirte que fallé. Pero quiero que sepas que con estas rosas te entrego todo de mí, y prometo que jamás te lastimare de ninguna forma porque sé que eres frágil y delicada cual rosa de este ramo, es por esto, que mereces ser tratada como tal. De mi parte te juro en este momento con el alma malherida que serás intocable, te juro que nunca te lastimaré ni siquiera con el pétalo de estas rosas que hoy entrego"

Sonrío con lágrimas en los ojos y huelo las rosas. Algo pasó, eso lo tengo más que claro porque él jamás ha actuado así, Hugo es un hombre detallista, amoroso y muy pasional, estoy segura que esto solo fue un bache en nuestra relación el cual, a partir de hoy queda en el olvido, porque como bien lo dijo él, es incapaz de hacerme daño, y yo le creo.

Emocionada me agacho y comienzo a ver las cajas de regalo que están al pie de las rosas. La primera caja es algo pesada, así que la abro con cuidado, encontrándome con una laptop de última generación, la segunda es un poco más pequeña y la abro con rapidez. En esta se encuentra un IPhone, y el último regalo es una bolsa de ZARA. Esto no lo puedo aceptar, es demasiado, además, ¡esto debe costar una fortuna! Es por eso que saco mi teléfono de la parte de atrás de mis pantalones y marco su número

Maldonado — responde, sé que ni siquiera vio quien lo llamaba

Señor Maldonado, lo llamo para informarle que está perdonado, pero que sus regalos no serán aceptados — digo con voz de asistente ejecutiva

Cariño, quiero que sepas que estoy tan arrepentido, no sabes lo mal que estoy— debe estar en clases, porque se escuchan voces — ¿te paso buscando y comemos? Por favor, no me ignores mi vida, si tengo que pedirte perdón de rodillas eso haré. Pero no me dejes

Amor, estas personado, y hoy no. Si vienes es a llevarte esos regalos que te debieron de costar mucho — susurro

Claro que no, Zahina, tengo para eso y para más. Además, eso no es nada para mí, y me sentiré ofendido si no los aceptas

Pero es que...

Nada Zahina, si no los aceptas no me estas personando realmente

Esta bien— digo resignada — eres un manipulador

Solo cuando se amerita. Adiós princesa, estoy por culminar una clase, hasta mañana

Hasta mañana mi amor

Me quedo con el teléfono en la mano y veo con cara de circunstancias mis "nuevos regalos", bueno, él dijo que no aceptaría devolverlos así que son míos

— ¡siiii! — suelto un gritico y me llevo todo a mi cama

Esto es surreal, ¿cuántas mujeres no soñamos con un hombre detallista que nos regale el mundo en bandeja de plata? Por mi parte puedo decir que siempre soñé con alguien así, y no por interés porque yo amo a Hugo, realmente lo amo, pero desde pequeña siempre quise que un príncipe me llevara a su castillo y me tuviera como una princesa, y ahora con Hugo soy casi una.

Zahina ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora