¿Soy la única que odia los lunes? Es como si los lunes trajeran una energía negativa, o es solo que lo odio por ser el culpable de terminar con mi descanso. No importa cuál sea la causa, lo odio. Además, que estoy a punto de entrar a la clase del Ogro. Estoy nerviosa, no lo voy a negar, estoy ansiosa en ver cómo puedo hablar con él sin llamar la atención de media clase.
— Despierta, Potra— susurra Luci en mi oído haciéndome saltar en la entrada del aula
— Oh, cállate Luci
— No me voy a callar, porque Lucas, me dijo todo con pelos y señales, además, sé que se divirtieron un montón y pasaron el día. Y que disfrutaste de su compañía.
— Sí, es alguien muy especial
— Y está bueno. Niégalo
— No lo voy a negar, él hace que voltees dos veces a fijarte en él. Pero eso es todo ¡ni siquiera fue una cita! Solo fue una salida de amigos
— Dile eso a él
Un carraspeo nos hace saltar del susto — si ya pararon de hablar sobre "citas" y hombres, pueden entrar a clases. Si es que les da la gana — Hugo pasa por nuestro lado cual toro enfurecido
<<Santo padre de los profesores>>
— Y a este, ¿qué le pasa? Te juro que a veces me dan ganas de darle dos bofetadas y salirme de su materia — refunfuña Luci
— ¿a ti no te pasa lo mismo?
Por mi parte, siento que el mundo se abre bajo mis pies. De todos modos me abro paso y camino hasta el aula, subo las escaleras y me sitúo en mi puesto. El profesor empieza a dar la clase y ni me doy por enterada. Pienso en como disculparme con él o como hablar sin que se sospeche nada.
Siento que Luci me pica la espalda varias veces, pero no estoy para seguirle sus juegos, y no es hasta que ella me golpea la espalda que no me doy cuenta de lo que está sucediendo — ¿Qué? — susurro
— Señorita Conti, si no está interesada en mi clase, se puede retirar, porque aquí usted vino a aprender, no a soñar despierta con hombres ¡MI CLASE SE REPETA! — grita haciéndome encoger en mi sitio — al culminar mi clase se queda ¿entendido? — asiento
— ¡DIJE QUE SI ENTENDIÓ!
— Sí, profesor Maldonado, no volverá a ocurrir... Lo siento — digo tragando saliva
— No lo sienta. Trabaje — espeta molesto
La clase sigue como si hace unos segundo no hubiese gritado y humillado a una alumna, él explica las formas del romanticismo, y otras cosas que no me interesan pero trato de no volver a desconcentrarme en la clases, es por eso que estoy atenta y trato de participar lo más que puedo. Él no me mira ni una sola vez, ni me determina, es como si lo que vivimos el sábado no hubiese existido. En cambio, yo no puedo dejar de mirarlo fijamente, su porte de hombre elegante nunca lo abandona, hoy trae un pantalón azul rey, una camisa blanca a la medida con una corbata del mismo color del pantalón. Es atractivo y me encanta.
— Pueden retirarse, y antes de hacerlo dejen sobre el escritorio el trabajo que les pedí— dice.
Uno a uno van saliendo los alumnos. Luci hace el intento de ayudarme pero niego con la cabeza. No quiero meterla en problemas innecesarios — te escribo cuando salga — le susurro
— Está bien, amiga
Espero que todos salgan para poder bajar de mi asiento e ir en busca de mi reprimenda. Guardo todo en el bolso, me lo llevo al hombro y bajo. Que sea lo que Dios quiera. Dejo el trabajo en el escritorio y me quedo ahí parada mientras en escribe cosas en una hoja. Pasan los segundos y no habla, solo escribe. Ya me estoy empezando a impacientar.
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Zahina ©
Chick-LitDicen que a las mujeres ni con el pétalo de una rosa, él la lastimaba con sus espinas...