Zahina ©

Capítulo 32

— Creo que es mejor que me vaya — dice luego de permanecer callado algunos segundos. No quiero que se vaya, quiero que se quede aquí, conmigo. Pero, sé que tiene que irse, por su bien y por el mío

— Gracias por... todo

— No hay nada que agradecer — dice con una sonrisa triste en sus labios

Lo veo salir cabizbajo, joder. Quisiera gritarle que se quede, que me salve..., pero nadie puede salvarme. Al llegar a la puerta de la habitación se detiene sin girarse— sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites, lo que sea Zahina. Estoy dispuesto a todo con tal de hacerte feliz, pero necesito que tú seas sincera contigo, conmigo y con lucia. Si quieres huir, yo huiré contigo. Y si ellos te tienen amenazada, yo haré hasta lo imposible por verte libre— dice dándome la espalda

¿Por qué siento que esta vez sí lo estoy perdiendo? Quisiera amarlo, amarlo de verdad, haberle entregado a él todo lo que le prodigué a la persona equivocada, pero, en el corazón no se manda, porque de ser así, les juro que mi historia fuese otra. Y si en algo tiene razón Gianluca, es que me tienen amenazada de la forma más ruin que hay, con mi hija. Quieren quitarme a mi hija

Flashback

Todo mi cuerpo duele; es como si se me estuviese partiendo en dos. Trato de mover los dedos para hacer que el hormigueo se detenga, pero es una tarea quimérica. Las voces a lo lejos me hacen desistir del vago intento para poner suma atención a lo que las voces están murmurando. No se escucha casi, pero de lo que si estoy segura es que las voces son de Astrid y de Hugo. De eso no hay duda, por ende, trato hasta de no respirar con tal de escuchar lo que están diciendo

— No quiero volver a terapia mami, pero tampoco quiero ir a la cárcel..., pero tampoco quiero perder a mi hija

— No harás ni lo uno ni lo otro hijo, no permitiremos que te pase nada y mucho menos que te alejes de tu hija, es tuya y de nadie más. Además, no debes preocuparte por la policía, ya eso está solucionado. Solo bastó nombrar unos cuantos ceros en un cheque para que todo quedara solucionado e hicieran de la vista gorda

— Gracias mami, no sé qué haría sin ti

Ahogo un sollozo frustrado ¿eso es todo? Él estuvo a punto de matarme y ¿ahora queda impune? No es justo, maldita sea.

— Zahina...

Quiero gritarle, insultarle, maldecirle..., decirle que se aleje, pero mi adolorido cuerpo no responde, por ello, solo puedo dejar que las lágrimas caigan sin poder detenerlas

— Pequeña... yo..., lo siento tanto. Te juro que cuando volvamos a casa todo será distinto. Mira — lo veo alejarse y tomar un ramo gigante de rosa rojas— una por cada vez que me arrepentí, que me arrepiento. Amor, debes perdonarme, te juro que no volverá a pasar ¿vale? Además, debes ver a nuestra pequeña, es tan bella..., se parece tanto a ti y a mi

No, no puedo volver a su lado, necesito levantarme del hospital, coger a mi hija y salir corriendo de aquí

— Te dejo hijo. Recuerda lo que hablamos, o es todo o nada

¿Qué quiere decir con eso?

— Zahina... no sé cómo darte la cara. Cada vez que veo tu rostro me dan ganas de matarme, hacerme daño. Nunca debí dejar que esto pasara, pero de lo que si estoy seguro, es que jamás volverá a pasar mientras tu no vuelvas a hacerlo. Después de hoy estaremos bien, tu y yo vamos a volver a ser los de siempre

— No... no... quiero — logro articular

— Princesa, no es que quieras, es que vas a hacerlo