Keisuke Baji

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Después de caminar por varios minutos llegaron hasta la casa de el chico y entraron a su habitación por una ventana que estaba medio abierta.

Ambos estaban riendo un poco hasta que escucharon algunos maullidos, te diste vuelta y viste varios gatos, algunos más jovenes que otros.

Viste como tu novio se acercaba a los gatos y les hacía varios mimos y cargaba a uno y lo acercaba a su rostro, busco comida para gatos y leche, sirviendola en diferentes platos para cada uno, aunque hubo un pequeño grupo que bebieron de el mismo.

Tu te quedabas allí parada mirando como los cuidadaba sin saber exactamente que hacer, aquellos animales estaban familiarizados con el, sin embargo tu apenas te enterabas que tenía una familia entera de gatos.

El pelinegro se dio vuelta para verte y al verte allí parada sin saber que hacer extendió su mano para que te acercaras, algo dudosa lo hiciste.

Te tomo de la mano dadonte un jalón hacia abajo no muy fuerte pero si lo suficiente para que te agacharas.

Los gatos dejaron de comer para verte, no querías asustarlos así que solo sonreíste levemente nerviosa pero enternecida con lo que estabas viendo.

Sentiste algo entre tus pies y miraste, era uno de los gatos mas jovenes aparentemente, movia su cabeza entre tus pies.

-¿Que hago? -Dijiste. Te parecía algo muy lindo y tu miedo a asustarlos iba en aumento.

El chico a tu lado se río de ti antes de responder.-Te esta dando la bienvenida. Puedes cargarlo.

Antes de cargarlo pellizcaste al pelinegro, quien se quejo y luego cargaste al gatito acercandolo a tu rostro con una sonrisa, el animal lamio tu nariz a lo que tu reíste por su acción para luego bajarlo.

-Esto es muy lindo -le dijiste regalandole una sonrisa de ojos cerrados.- gracias

-Te dije que mis ideas de citas son las mejores. -Dijo burlón, aunque tenía un leve color carmín en sus mejillas.

-Si como no. -Respondiste.- Como una de nuestra citas donde casi nos agarra la policía.

-Pero si esa fue la mejor. -Respondió riendose.

Rapidamente te reíste con el, en la habitación solo se escuchaban sus risas hasta que se quedaron nuevamente en silencio y volvieron a prestarle atención aquellos animalitos.

El gatito que ahora estaba entre tus piernas y los demás gatos que comenzaron a subirse al regaso de ambos para acostarse y descansar, cargaste a uno que estaba aún en el suelo frente a ustedes dos.

-Son nuestros hijos. -Dijiste.- Y no Keisuke, no quiero tener un bebé. -Dijiste anticipando cualquier cosa.

-Pero dije nada. -Se quejo.

-Pero ibas. -Lo miraste aún cargando al gatito.

Ambos se quedaron en silencio dejando dormir a los gatos en sus regazos, pero el ambiente seguía siendo igual de lindo.

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Tokyo Revengers | ONESHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora