ESCENARIO | ♡

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;;Les pides un besito.

Chifuyu matsuno

-¿Por qué tan derrepente? -Pregunto balbuceando.

Lo habías hecho derrepente, hace un momento estaban hablando sobre manga y ahora el estaba sonrojado, porque tu parecías disfrutar de ello.

Pero había que admitir que Chifuyu se veía adorable siempre, pero avergonzado lo era más.

Después de unos momentos de que el hiciera aquella pregunta avergonzado y tu disfrutaras de su vergüenza hablaste para responder su pregunta.

-No lo sé. -Dijiste.- Pero, ¿me lo vas a dar?

Busco por su habitación algún cuaderno, libro o manga pero por alguna razón no encontraba ninguno aunque tenía todo en frente, volvió a sentarse frente a ti y te hizo (más bien te obligo) a cerrar los ojos.

Tan pronto lo hiciste no sentiste nada, solo lo escuchabas susurrar cosas en medio de aquella crisis que estaba teniendo y cuando menos lo esperaste sus labios estamparon con los tuyos.

Mikey

Se quedo con lo que quedaba de dorayaki llegando a su boca, la cerro lentamente y volteo a mirarte.

¿Había escuchado bien o era su imaginación?

-¿Puedes repetirlo? -Te preguntó y luego tiro el dorayaki a su boca, sea o no verdad, barriga llena corazón contento. Así que, si era un juego, el iba a estar feliz eh igualmente te lo iba a dar.

Asentiste confundida.-¿Me das un besito?

Pero confirmar lo que había escuchado lo puso aún más feliz y con una de sus más bellas sonrisas asintio uniendo sus labios en un dulce y tierno beso.

Draken

Estaban sentados frente al grupo que solia quedarse después de las reuniones de la touman, aunque ustedes dos estaban sentados un poco más por su lado alejandose de todo el grupo.

Ambos hablaban tranquilamente hasta que se quedaron en silencio y solo salió de tu boca, ni siquiera lo pensaste.

-¿Me das un besito? -Hablaste mirando al frente, como si fuese lo más común o si no te hubieras dado cuenta.

Y el rubio lo hubiese ignorado si no hubiese sido porque volteaste a verlo y le sonreíste.

Te dio un golpecito en la cabeza con el puño cerrado antes de darte alguna respuesta.

-No.

Hiciste un puchero pero no suplicaste, tampoco debías obligarlo, aunque si querías aquel beso.

Entonces para tu sorpresa en ese momento que el grupo frente a ustedes se alejo más, olvidandose por completo de la existencia tuya y la de el rubio con un dragón tatuado en la cien, sentiste como los dedos se el contrario se enredaban en tu cabello y te daba vuelta. No tuviste tiempo de procesarlo y te quedaste sorprendida al sentir sus labios en los tuyos.

Tokyo Revengers | ONESHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora