Naoto Tachibana

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Tú y Naoto estaban haciendo la tarea en la casa del chico en su cuarto, hasta que la madre del pelinegro les dejo una merienda diciendoles a ambos que descansen al menos un rato.

Le hicieron caso y comenzaron hablar de cosas triviales hasta que salio el tema de que serían en el futuro o al menos que esperan ser.

-Voy a ser como mi papá, quiero ser policía. -Te afirmo Naoto con seguridad en su voz.- ¿Y tú?

-¿No que odiabas el trabajo de tu padre porque nunca tiene tiempo para ustedes? -Preguntaste.

-Algo me hizo cambiar de opinión. -Balbuceo.- Pero, igualmente, ¿Que quieres ser cuando seas una adulta?

Le diste un bocado al sanwitch y lo tragaste para luego dar un sorbo al jugo, el chico frente a ti solo te veía esperando respuesta.

-Yo seré una criminal, seguramente, en tal caso, tu vas arrestarme.

• ● •

Naoto por alguna extraña razón había recordado esa conversación en ese momento, pero salió rápido de su transe y salio del auto policial con su arma en la mano.

-¡Tenemos ordenes de disparar si hace algún movimiento extraño! -Exclamó.- ¡Salga con las manos sobre la cabeza!

Una silueta femenina salio, tenía cabello corto por los hombros y era de color blanco, ojos azules marinos y pecas.

Naoto guardo su arma y dio la orden de que le siguieran apuntando mientras el se acercaba a la chica, debían comprobar de que era ella, tomo el cabello blanco y lo jalo.

Rápidamente callo el cabello real de la criminal que había sido un dolor de cabeza para la policía japonesa durante mucho tiempo, Naoto la esposo, al llegar a la estación de policía la dejaron en una celda aparte hasta que llegara su juicio.

Le quitaron las lentillas y el maquillaje con el que había hecho sus pecas, Naoto sentía conocerla de algún lado pero no lo recordaba.

En un momento que tuvo tiempo fue hasta su celda, la chica se levantó y acerco a las rejas que le impedían salir, ella le regalo una sonrisa al joven oficial.

-¿Quien eres? -Preguntó sin titubear.  Ralmente solo hizo la pregunta sin pensar, sin esperar realmente una respuesta.

La chica era tal dolor de cabeza que aún no sabían ni su nombre, ni su pasado, solo sabían que tenía multiples identidades lo cual lo hacía aún más difícil, hasta que dio un paso en falso y lograron arrestarla, aunque fue pura suerte.

-Si te digo, ¿mi condena será menor?

-Si colaboras, puede ser. -Respondio.

-Me sorprende que me olvidaras, pero da igual, te lo dire. -Expresó- De cualquier forma ya estoy aquí.

Naoto levanto una ceja mirandola aún con algo de desconfianza, no confiaba en eso de que le diría su identidad tan facilmente, sin saber si eso era real o no.

Mucha fue su sorpresa.

-Soy _______. Es un placer volver a verte, Naoto.

El joven policía quedo paralizado al escucharla, ahora todo tenía sentido, sabía que la conocía de algún lado, pero no iba a recordarla no la había visto desde hace más de 10 años, estaba muy cambiada.

-Te dije que me ibas arrestar. -Le guiñaste un ojo y el chico trago en seco desviando la mirada.

-Fue casi imposible hacerlo. -Te respondió.

-Nunca te dije que sería fácil. -Sonreíste guiñandole un ojo nuevamente con una sonrisa ladina.

Tokyo Revengers | ONESHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora