XLIII

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Capítulo 43: Un momento doloroso

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Capítulo 43: Un momento doloroso

Bella

Llevo intranquila desde que llegó la noche. Una extraña sensación que ha ido creciendo a medida del paso de los minutos y las horas. Es la una de la mañana y estoy mandándome mensajes con Kaz y Hannah desde hace un par de horas. Oliver no está. No ha venido.

El bebé debe saber lo preocupada que ando pues no ha dejado de moverse, de dar patadas... Las contracciones se han vuelto frecuentes, al igual que los dolores del bajo vientre y esa sensación de mareo.

Bajo los pies al suelo y, con la ayuda de los muebles, logro salir de la habitación. Louis está de guardia, su despacho se encuentra en el piso de arriba y solo debo arrastrarme hasta el ascensor. Sé que él sabrá por qué Oliver no me atiende el teléfono y por qué Merina me ha dicho si querría que viniera.

Voy moviendo los pies sin levantarlos del suelo. Es demasiado el dolor que siento en el bajo vientre y en mi espalda. Sé que no es normal. Porque no recuerdo haber leído nada de esto en los libros de maternidad que me ha ido trayendo Oliver. Me aferro a un saliente cuando la contracción me dobla en medio del pasillo. Las suelas del zapato se deslizan y voy cayendo lentamente al suelo sollozando.

—¿Qué tienes? —Una mujer se acerca a socorrerme. —¡Doctor!

Por favor, ahora no. Mis manos se abrazan a mi barriga y las lágrimas se me quedan atoradas en la garganta cuando las patadas han cesado, no da señales de vida, y mi camisón se encuentra bañado de sangre.

Por favor, por favor...

Cierro los ojos con fuerza culpándome porque si no nace... sino le conozco... por favor, necesito que sobreviva... necesito ver sus labios rosados... descubrir si es rubio o moreno... si se parece más a mí o a Oliver...saber si le gusta el helado de pistacho como a mí o si prefiere el de vainilla... si será un aficionado de los deportes o preferiría acompañarme a ver una exposición de arte... Quiero pintarle... fotografiarle por su primer cumpleaños... enseñarle a montar en bici... viajar... tenerle en mis brazos cuando llore... acunarle... contarle historias para dormir... decirle que es lo único bueno que me ha dado la vida... decirle lo orgullosa que estoy de él...

Por favor... esto tiene que salir bien.

La mujer evita que me siente en el suelo el tiempo justo en el que un celador aparece con una camilla para mí.

—Tranquila, todo irá bien.

—No... —Niego con la cabeza sintiendo como el aire no entra bien en mis pulmones. —No lo hará... mi bebé... no... no sobrevivirá fuera... todo es... mi culpa

—Tenemos que llevarla a quirófano —logro escuchar entres mis sollozos y mis disneas —. Preparad el quirófano 3.

—¿Quieres que llame a alguien? —La mujer me sostiene la mano y nos sigue mientras me llevan por el hospital.

—No quiero estar sola... —Son las últimas palabras que digo antes de entrar en un ascensor con varias personas que no conozco.

El ascensor se cierra y yo no puedo dejar de llorar. Sé que es mi culpa... Todo es mi culpa. No ha nacido y ya le he puesto en peligro. ¿Qué clase de madre voy a ser?

—¿Qué hace aquí? —Muevo un poco el cuello para ver que la mujer sigue sujetándome la mano. —¡No puede estar aquí si no es familia!

—Ella es de mi familia —dice con seguridad, me aprieta la mano —. Soy su madre.

—¿Es su madre? —Me preguntan.

No sé quién es, solo sé que no quiero estar sola y es por eso por lo que termino afirmando.

Las puertas se abren y me meten en el quirófano. No hay tiempo para mucho. Las contracciones son intensas y coinciden con mis apneas. No necesitan analíticas pues llevan haciéndome una cada día. Llega el anestesista, un cirujano y Louis como el ginecólogo. También hay matronas y enfermeras que ya están preparando todo lo necesario.

Me colocan en el medio de la sala y comienzan a pegar esas pegatinas que controlan los latidos y el resto de los cables con no sé qué funciones más. No lo presto atención. Es que, aunque quisiera no puedo. La mujer me aprieta la mano cuando dicen que tendrán que dormirme y me jura que no se apartará de mi lado.

—Tranquila, Bella —susurra cerca de mi oreja —. Cuando despiertes tendrás un hermoso bebé al que arrullar.

—No quie-quiero estar sola —tartamudeo sintiendo mis párpados cerrarse —. Oliver...

¡Hey! Mis dramática favs

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¡Hey! Mis dramática favs. 

¿Cómo estáis? Yo estoy a full con los últimos capítulos de este libro y no veo la hora de que podáis leerlo. Sé que me vais a decir que es un capítulo m uy corto, pero lo necesitaba subir tal cual está. Os sorprenderá también, que dije que el capítulo 42 iba a estar dividido en dos partes, pero finalmente, pensándolo bien, he pensado en hacer dos diferentes, es por eso que he cambiado el título del capítulo. 

¿Cuándo los voy a subir? Pues los iré subiendo a medida vaya terminándolos. Los capítulos 43 y 44 serán muuuy largos, porque creo que es lo mejor. Terminará en el capítulo 46 y este será muy especial. 

Bueno, ¿qué os ha parecido este capítulo? A mí me encantó escribirlo <3

Nos leemos muy pronto.

Makai. 

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