IX

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Capítulo 9: ¿Te conozco?

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Capítulo 9: ¿Te conozco?

Bella

Dejo atrás mi puesto y me encamino hacia el despacho de Oliver aguantando las náuseas propias del embarazo. No estoy muy segura de cómo voy a esconder los síntomas ya que no quiero que nadie de aquí lo sepa por el momento.

Me limpio el sudor de las manos en el vestido antes de golpear la puerta, le oigo decir «adelante» y yo entro ignorando como el estómago se me revuelve al captar los olores que le rodean. No creo ser capaz de salir con vida de este despacho.

—¿Por qué me llamó?

Tengo la intención de fingir que solo es mi jefe y no la persona que me está chantajeando con contarle a mi prometido que él y yo nos acostamos.

—Me gusta más este papel tuyo de sumisa —me mira desde los pies a la cabeza —. ¿También eres así en la cama o te conviertes en una perra cuando no has bebido alcohol?

Me mantengo en silencio negándome a responder y a moverme, no estaría bien visto que en la primera semana de empezar a trabajar aquí, el jefe se cayera accidentalmente por la ventana cuando estaba reunido con su nueva secretaria.

—¿Qué pasó, gatita?

—Si su llamada no es por trabajo —me enderezo frente a él sin dejarme intimidar—, regresaré a mi puesto para terminar mis quehaceres.

Retrocedo y me giro dispuesta a salir de estas cuatro paredes, sin embargo, no logro avanzar mucho cuando él se viene contra mí bloqueando la puerta con la mano. El que sienta su cuerpo contra el mío me pone nerviosa y, no contento con eso, pega los labios a mi oreja provocándome un escalofrío de los pies a la cabeza. 

—Recuerda que te estás dirigiendo a tu jefe, me debes hablar con respeto.

Oliver está tan cerca que puedo distinguir la colonia que usa  como también el chicle que se está comiendo en este preciso momento, es tan intenso el olor que desprende, que debo hacer un gran esfuerzo para no marearme frente a él.  

—Tienes suerte de que no te obligue a arrodillarte frente a mí o —enreda en un mechó en su dedo y tira de él alzándome la cara — a que me sigas desnuda como una buena sumisa.

Quiero responderle y gritarle, pero me siento paralizada. No soy capaz de mantener una respiración constante, ¿cómo pretende mi cerebro que me enfrente a él y no pierda el orgullo en el intento? 

Sus dedos se deslizan por mi brazo hasta detenerse en mi muñeca y el muy maldito pasa las yemas por una de las zonas más sensibles de mi cuerpo, enviándome por mi espina dorsal una corriente eléctrica tan intensa que podría freír un pueblo en cuestión de segundos.

La boca se me seca, el corazón galopa descontrolado en mi pecho y ya no sé ni quién soy, pero sí lo que mi cuerpo quiere. «Respira» me grita mi cerebro y es la única orden que escucho mientras ignoro al resto que solo me hacen confundirme. Haciéndome con poco control que tengo sobre mis emociones o sensaciones, aparto su mano y me enderezo enfrentándole. Le miro a los ojos, pero él no me está viendo a mí sino que está enfocado en lo que hay detrás del cristal. No sé quién o a qué mira, pero sea lo que sea le ha desbaratado la sonrisa y le tensando la mandíbula.

Millionaire: Un embarazo inesperado #1 [BORRADOR]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora