Millionaire: Un embarazo inesperado #1 [BORRADOR]✔️

XVIII

Capítulo 18: ¿Problemas en em paraíso?

Axel

El alcohol baja por mi garganta al mismo tiempo en que pido un segundo trago, un tercero, un cuarto... Aún no estoy ebrio, pero empiezo a sentir la facilidad con que los problemas empiezan a desaparecer de mi cabeza.

Cometí un error, un maldito error y ¿ahora? Lo estoy pagando con horas y horas de trabajo a mayores.

No entiendo qué le pasa al señor Stratford mandándome de aquí para allá cuando debería estar cuidando de Bella. Agradezco que me llamara cuando estaba en el hospital y que la llevara cuando la encontró inconsciente en el baño, pero... ¿Luego? ¿Qué se joda?

Necesita mimos, que la cuiden y, si yo estoy lejos, ¿quién lo va hacer?

Sacudo la cabeza cuando alguien se sienta a mi lado en el bar al que suelo ir en Brooklin. No levanto la cabeza de mi copa y él me palmea la espalda con una sonrisa.

—Hacía mucho tiempo que no venías —el camarero pone la bebida en la barra —. ¿Problemas en el paraíso con tu prometida?

—No, con ella todo perfecto.

Con Bella todo es perfecto, sin embargo, no con todos los carroñeros que se le pegan. Hannah, Kaz, Charlie... Sé que todos ellos le han pedido que me dejen, que soy poquita cosa para ella y que se merece algo mejor. ¿Qué sabrán ellos? Deberías ocuparse de sus insuldas vidas antes de meterse en donde no les conviene.

Desde que empezamos a trabajar en Castellar las cosas han sido diferentes, en el sentido en que hemos estado pasando poco tiempo juntos y, ahora, con el "castigo" tendremos menos posibilidades de estar juntos.

—¿Entonces?

—Tuve un problema con... —Me termino la cerveza y pido otra. —Stratford.

—¿Con Stratford? —Sean me mira con la ceja levantada. — Creo que nunca le he visto enfadado, ¿qué ha pasado?

—No...

—¡Venga! —Me golpea en el hombro. —Somos amigos, ¿no?

Le explico lo del casino y lo de la mujer que se me pegó mí cuando empecé a ganar, cómo perdí todo el dinero y cómo me enseñó un vídeo en el que se me veía haciendo todo esto.

Bella no sabe nada de mis problemas con el juego, en verdad estoy tratando de curarme, pero cuando vi las luces... Las maquinas... Las fichas de poker... Simplemente, no pude no ir. La tentación es demasiado fuerte para alguien que juró no recaer y, sin embargo, volví a adentrarme en ese mundo.

—Lo tienes jodido —Sean se burla de mí y yo le miro mal —, algo me dice que...

—¿Qué?

—Tu prometida trabaja en Castellar, ¿verdad?