Millionaire: Un embarazo inesperado #1 [BORRADOR]✔️

XXVII

Lo siento chicas, pero no me pude aguantar a subirlo ya 😬

Capítulo 27: Tregua

Oliver

El frescor de las sábanas hace contraste con la desnudez de mi cuerpo, estoy tan urgido, tan caliente que parezco una estufa de leña en los meses más fríos de invierno. No puedo soportarlo más y como última opción decido salir de la cama tal y como mi madre me trajo al mundo. Mi cuerpo es demasiado hermoso como para tener que cubrirlo.

Me desperezo cuando mis pies toca la alfombra y giro el cuello viendo lo único bueno que he logrado en Grecia y es el de poder follarla hasta saciarme de todas las formas posibles, al menos, por un día.

Si por mi fuera no abandonaríamos esta habitación en la vida, incluso pasaría el fin de mundo con ella en mi cama.

Bajo la tela que cubre su cuerpo, sé que no es sano, pero necesito verla desnuda una vez más antes de empezar el día. Los pezones los tiene erectos y la boca se me hace agua recordando la sensación de mi lengua danzando sobre ellos mientras mis labios marcaban su rosada piel.

Deslizo la poca tela que la sigue cubriendo despacio, no quiero que se despierte. Lo último que necesito son gritos o reproches, sé que en cuanto se despierten empezará mi jaqueca por las excusas baratas arrepintiéndose de lo que pasó entre nosotros.

Hago un gran esfuerzo manteniendo las manos en mis piernas, las muy traidoras exigen aferrarse a sus tetas voluptuosas, el embarazo ha hecho que crezcan, antes de deslizarse hacia la curva de su abdomen.

Aún tengo rencor hacia Bella, pero no puedo obviar que está esperando un hijo mío como tampoco que el sexo con ella es algo a lo que no puedo ni quiero renunciar. Puedo ser egoísta con las cosas que me gustan y Bella es alguien que no voy a perder así tenga que matar al inútil de su novio o ir contra media mundo.

No voy a permitir que nadie la bese, la toque o la mire, porque esta mujer no volverá a estar con ningún hombre que no sea yo. Ella me hirió donde más me duele, pero voy a compensarlo haciendo feliz al tronco que tengo entre mis piernas.

Con toda mi fuerza de voluntad entro en la ducha dejando atrás a la sirena que sigue dormida, con el cabello rojo sobre la almohada y el cuello marcado demostrando que, como yo, ninguno. Cierro la llave del grifo y me enfundo unos jeans, una camisa holgada y unas deportivas ya que será lo que necesito para este nuevo día.

Cuando regreso a la habitación sigue dormida y aprovecho para pedir algo de desayunar a recepción. Mientras espero, me decido a estudiar los documentos que me envió Patrick, mi tío, sobre la empresa. Paso hoja a hoja, mirando cada cifra en busca de algo que me llame la atención cuando dos importantes cifras negativas aparecen rodeadas en color rojo.

Ya no es solo la bajada de las ventas, sino que hay alguien que se está dedicando a sacar dinero de la empresa de la forma más gilipollas, ya que es imposible que no quede reflejado en los informes. Hago varias llamadas al equipo de contabilidad exigiendo respuestas, pero nadie sabe nada, parece ser que las cuentas a las que fueron transferidas las cantidades han desaparecido una vez que retiraron el dinero y los bancos no se hacen responsables ya que se aferran a que mi firma estaba en los permisos.