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Capítulo 40: Un primer despertar

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Capítulo 40: Un primer despertar

Bella

—¡Se está despertando!

Son las primeras palabras que me dan la bienvenida cuando abro los ojos en medio de una habitación oscura y llena de aparatos eléctricos que pitan cuando trato de moverme. No sé dónde estoy, ni cómo he llegado aquí... de lo único que puedo estar segura es de la pesadez de mi cuerpo que se niega a levantarse de la cama.

Entran un par de personas vestidas de azul y blanco, con las caras tapadas y se apresuran a mi lado a tocarme, a hablarme... Hay luces que me ciegan, algo frío me lo ponen en el pecho mientras que otro trae pegatinas circulares que se adhieren a la piel del tórax.

Entiendo palabras sueltas: latidos, rápidos, irregulares, sangre y ecógrafo. Son tantas emociones juntas que mis manos solo quieren tocar y comprobar que mi bebé siga dentro de mí. Pero no lo logro, carezco de energía para más allá de mantenerme despierta y ya me está costando gran trabajo no sucumbir a las fuerzas que ejercen mis párpados.

—¿Bella, me oyes? —La cama se eleva manteniéndome sentada mientras todos me miran como si fuera un mono de feria o fuera un experimento médico. —¿Sabes dónde estás?

Sé que lo último que vi fue la cocina y el rostro furioso de Axel mientras rogaba y suplicaba por su ayuda. Pero esto no parece ningún lugar que conozca, tampoco a ninguno de ellos se me hace conocido.

La boca la siento pastosa, me duele al tragar y es que reconozco el aparato que tienen en la mano. He estado intubada, pero... ¿Por cuánto tiempo? ¿Cuántos días llevo dormida? La jaqueca se mantiene, la sensación de vacío se instala en mi estómago y tengo ganas de llorar cuando me señalan la pantalla en la que aparece el bebé. «Parece que está bien», sin embargo, no puedo cerciorarme ya que insistente en hablarme.

—Bella —me llama un doctor —, ¿cómo te sientes?

Esto es demasiado.

Hay tantas personas aquí que no sé ni a dónde tengo que mirar y todos ellos se muestran ocupados revisándome y haciendo preguntas para las que no tengo ninguna respuesta.

El médico que está frente a mí se baja la mascarilla y reconozco de quién se trata. Gérard esboza una pequeña sonrisa mientras mi mente comienza a esclarecerse.

Había sangre a mi alrededor. Mucha. Me dolía la espalda y las costillas. Sé que me golpeé con algo y caí. ¿O caí y por eso me golpeé? No estoy muy segura de cómo ocurrió. La imagen de Axel tronándose los nudillos se instala en mi cabeza, el desespero me nubla la vista y las palabras que dijo a continuación me queman en el pecho.

«—Ese bastardo no merece nacer, este fue siempre nuestro mayor problema, porque nosotros éramos felices hasta que te quedaste embarazada. Te perdoné el que no me obedecieras siempre, te permití conservar tu amistad con Hannah pese a ser una zorra —el hedor de su boca alcoholizada me obliga a cerrar los ojos—. En cuanto abortes, todo volverá a la normalidad, amor. Nos mudaremos y comenzaremos la vida lejos de todos, incluso te dejaré decidir nuestro destino ya que una vez comencemos nuestra nueva vida acatarás todo lo que te ordene. Es por tu bien, Bella. Sabes que yo soy la única persona que se preocupa por ti».

Millionaire: Un embarazo inesperado #1 [BORRADOR]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora