Capítulo 24

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A la mañana siguiente, pues desperté con mi novia en mi pecho, aún dormida y se veía tan preciosa...

Empecé a acariciar su mejilla y volví a cerrar mis ojos, de verdad estaba tan tranquilo.

En algún momento escuché a alguien bajar las escaleras, y era nada más y nada menos que Mina.

—¡¿____?!— al voltearla a ver, pude ver qué sus pijamas eran muy cortas, de verdad, muy cortas

Sus shorts no dejaban casi nada a la imaginación, solo me volteé de nuevo hacia mi novia con un enorme sonrojo en mis mejillas.

Justo después, Tzuyu se fue despertando; alzó la mirada hacia mí mientras tallaba sus párpados, y al verme frente a ella, rápidamente esbozó una hermosa sonrisa.

—Buenos días.— le sonreí

—¡Mi amor!— me abrazó con cariño

Sonreí y reí al verla tan tierna así de temprano.

—¿Cómo dormiste, bebé?— pregunté

—Como un bebé. Nunca mejor dicho.— se rió —¿Y tú, amorcito?— preguntó

—Muy bien, de verdad, muy bien.— contesté

—Oh, ¿qué hora es?— preguntó

Extendí mi manto y tomé mi teléfono.

—Siete treinta.— contesté

—¡Genial!— expresó contenta —Ven, te voy a preparar algo.— se levantó con rapidez

Algo que no había notado, es que Tzuyu solamente tenía puesto unas bragas rosas y una camisa de tirantes blanca, de nuevo sin sujetador.

Tragué saliva al verla así.

—¿Te gusta...?— preguntó tímidamente

—S-sí... y-yo... s-sí...— confirmé

Me acerqué a ella y tragué saliva al tomar su cintura.

Suavemente deslicé mis manos por sus costados hasta llegar a su espalda baja y la acerqué a mí.

Tzuyu, completamente de acuerdo con lo que iba a pasar, pasó sus brazos detrás de mi cuello para solamente esperar mis labios, los cuales eventualmente conecté con los suyos.

Y como ha estado pasando las últimas veces que nos hemos estado viendo, mis manos bajaron conscientemente a sus glúteos, aunque ahora estaban casi desnudos y pude sentir mejor su piel.

Tzuyu volvió a soltar ese excitante gemido que volvió a erizar mi piel.

Sentía tanto calor en todo mi cuerpo que comenzó a hacer reacciones en mi intimidad. Estaba tan... tan duro. Nunca me había sentido así por nadie, en serio, por nadie.

—N-... no es que me quiera separar de tus labios, mi amor, pe-pero las chicas podrían bajar en cualquier momento. Mi-Mina ya había bajado antes.— comenté

—S-sé que las chicas pueden bajar en cualquier momento, pe-pero de verdad no puedo separarme de ti...— me contestó

Y antes de volver a acercarse, como lo había dicho yo, alguien bajó.

Un chico en TWICEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora