Un chico en TWICE

Capítulo 127

A la mañana siguiente desperté casi a las once de la mañana, evidentemente se me hacía un poco tarde para ir a BLACKLABEL.

Pero alguien estaba encima de mí, y estaba en extremo cariñosa, pues besaba cada parte de mi piel desnuda.

—¡Buenos días!— sonrió al verme abrir los ojos

Me dio un gran beso en los labios y se volvió a recostar en mi pecho, pero viéndome.

—¿Cómo dormiste?, ¿dormiste bien?— preguntó contenta

—Sí, yo... dormí bien.— confirmé

—Que bien.— sonrió aún más —Yo dormí fantástico.— dijo —Estuviste asombroso anoche...— hizo su voz más grave, intentando hacerla sensual

—Tú también estuviste increíble...— tomé un mechón de su cabello y lo puse detras de su oreja

Sonrió cuando lo hice, pues volvió a besarme.

—Te extrañé...— dijo —Extrañé despertar así a tu lado, besarte, acariciarte, decirte cuánto te amo, cuánto te adoro... extrañé absolutamente todo de estar contigo.— comentó

Deslicé suavemente mi mano a su mejilla y la acaricié gentilmente, recibiendo otra sonrisa por parte de ella.

Tzuyu también comenzó a acariciar mi mejilla, pero deslizó suavemente su mano a mis labios para acariciarlos con su pulgar.

Se acercó lentamente, así que recibí un beso extremadamente tierno de Tzuyu...

—Me gustas. Me gustas mucho, ____. Me gustas muchísimo...— dijo con una gran sonrisa tras haberme besado

Me dio un beso de esquimal y me plantó un último beso en los labios.

—¿Te quedas a desayunar?, ¡t-te prepararé algo delicioso!, por favor quédate, ¿sí?— pidió

Me dio cientos y cientos de besos en los labios esperando mi "sí".

—Claro, me quedaré.— accedí

—¡¿De verdad, mi amor?!, ¡gracias, gracias, gracias!— expresó, llenándome de besos

Subió encima de mí para poder darme un beso muchísimo más largo y muchísimo más suave.

—Estoy en un dilema, quiero ir a la cocina y prepararte algo delicioso para desayunar, pero no quiero dejar de darte amor. ¿Qué puedo hacer, bebé?— rió

—Si quieres que te acompañe sólo dilo.— le dije yo

Sonrió.

—Quiero que me acompañes. Te prometo que te daré todo mi amor.— dijo sonriente

Así que ambos nos levantamos de la cama, nos vestimos (aunque Tzuyu sólo se puso una de mis camisas que le había regalado anteriormente) y bajamos a la cocina, en donde encendió la estufa y buscó algunas cosas en el refrigerador para empezar a cocinar.

—¿Quieres que te ayude en algo?— pregunté

—No te preocupes, bebé, lo tengo todo controlado.— sonrió —Ven, ven.— aún tenía una enorme sonrisa