Capítulo 81

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—¿Te quedas, ____?— me preguntó Jeongyeon

Sus papás ya se habían ido a dormir hace un buen rato, nosotros nos quedamos en el patio bebiendo.

A Mina le hacía mal el alcohol, yo no era fan de hacerlo, así que no llevaba ni dos botellas, a diferencia de mi novia, quién estaba un poco ebria.

Pero de momento, no hice ningún acercamiento con Tzuyu, quería saber si lo que me dijo era cierto, que solamente ebria se le arrimaba a Sana, cosa que de cierta manera así fue.

En este caso fue Sana la que se acercó.

—Bebé, bebé...— le decía —Vamos al cuarto de arriba.— susurró, pero lo escuché bien

—No...— se negó —Quiero ir con ____.— le respondió

—¿Por qué?— preguntó, dándole besos en el cuello

Tomé la mano de Tzuyu y me levanté para llevarla a los cuartos de arriba.

Aunque claro... no sabía cuál era cuál. Habían bastantes, pero no sabía cuál era la de Jeongyeon o sus padres.

Así que toqué en un par, y en la primera que no recibí una respuesta, entré.

—¡S-Seungyeon!— rápidamente cerré la puerta al ver a la hermana mayor de Jeongyeon ahí, acostada en ropa interior y con auriculares puestos

Me llevé a Tzuyu a otra habitación, en la cuál no recibí respuesta, y afortunadamente estaba vacía.

Entré junto a Tzuyu. Cerré la puerta con el seguro y me acerqué a ella; desabotoné cada uno de ellos para después quitarle la prenda superior, claro, sin dejar de besarla ni por un sólo segundo...

La cargué con cierta facilidad y aún besándonos, la llevé a la cama y la bajé suavemente en ella. Empecé dándole besos en el cuello, sabía que era uno de sus puntos débiles; poco a poco fui bajando más hasta llegar a sus pechos, los cuales tomé con mis manos y besé con mis labios, al igual que lamí y suavemente mordí.

—Tus pechos son tan suaves...— le dije

—Deberías ver los de Jihyo... son enormes y tan suaves.— comentó gimiendo —¿Quieres hacerlo?, ¿quieres hacérselo?— mordió sus labios

—¿Me dejarías?— subí nuevamente a su cuello

—Mhmm...— soltó en forma de gemido

—¿Ah, sí?, debes haberlos tocado muchas veces...— dije

—Muchísimas...— gimió nuevamente

Reí ligeramente, pero no le di una respuesta y seguí besando su cuello para poco a poco, quitarle los pantalones y bajar su ropa interior

Yo también bajé y comencé a usar mi boca en su coño extremadamente mojado...

—N-no pares, n-no pares nunca...— gemía

—¿Te gusta?— pregunté

Asintió apretando sus pechos.

Y por supuesto, no dejé de chupar su coño aún cuando tuvo su primer orgasmo.

—¿Trajiste condones?— preguntó

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