Un chico en TWICE

Capítulo 115

—Lo... lo lamento, no puedo aceptar tu beso.— finalmente me separé de ella

—Oye. Hey...— intento desesperadamente retomar el beso —Bésame, ¿por qué no me quieres besar?, ¡¿tienes a otra?!— expresó enojada

—No, no, sólo... no puedo, ¿vale?, no te conozco mucho y... no me siento cómodo.— expliqué, asombrado de su repentino cambio de actitud

—¿Por favor?, ¿por mí, sí?, sólo un pequeño besito más.— pidió, pasando a besar mi cuello

—No, Eunbi. P-por favor, bajate.— pedí, negando a todos su besos, a cada uno de ellos

—¿No te gusto?— hizo un puchero mientras besaba mi mejilla

—N-... no. Por favor, Eunbi, bajate ya.— pedí nuevamente

—Pero también me estabas besando, no lo puedes negar.— dijo

—N-no sé por qué lo hice, y-y lo lamento mucho. ¿Puedes bajar ya?— pedí nuevamente

—¡Agh!— bufó y salió molesta del cuarto

Me quedé en el estudio lamentándome por la tremenda idiotez que hice. ¿Por qué coño la besé...?

Sé que amo a Chaeryeong, lo sé perfectamente, pero... ¿por qué besé a Eunbi?

Pero simplemente dejé de lamentarme y encendí mi teléfono, viendo las notificaciones en la barra de mi teléfono, de las cuales eran mensajes de justamente mi novia...

Sólo suspiré; me levanté tomé mis llaves y salí para poder encontrarme con ella en el departamento de las chicas.

Y sí, me recibió con los brazos abiertos y una enorme sonrisa.

—Hey. Espero no haberte despertado.— entré

—Para nada, bebé. Te estaba esperando.— sonrió —Ven aquí...— se paró de puntillas y pasó sus brazos detrás de mí para poder besarme

—Te extrañé. Mucho. Muchísimo, muchísimo...— usé su frente como apoyo

—¿Todo bien?— rió ligeramente

—Sólo te amo, era eso.— le sonreí

—Te amo más, ____.— contestó

—Lee Chaeryeong, eres la mujer perfecta.— le dije, dándole un pequeño beso en la naríz, haciéndola reír ligeramente

—T/N T/A, eres el hombre perfecto.— rió

Besé su frente.

Empecé a sentirme mal por lo de Eunbi, ese recuerdo estuvo dando vueltas en mi cabeza todo el rato...

Después de haberme ido a la cama con Chaeryeong el recuerdo volvió; mi novia estaba desnuda frente a mí; el aroma de su desnuda piel era simplemente delicioso.

Mordí suavemente su hombro mientras que le daba besos.

—¿Sabes cuánto te amo?— dije mientras seguía con los besos