Capítulo 103

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—¿Es el número de Eunbi?— preguntó Teddy en cuanto las chicas se fueron

—Pues me lo dio ella, supongo que lo es.— contesté

—Uy, Chaeryeong ya tiene competencia por lo que veo.— comentó

—No cambiaría a mi Chaer por nada del mundo. Eunbi es una chica linda, pero Chaeryeong es Chaeryeong, no se compara a absolutamente nadie.— respondí

—¿Ni a Tzuyu?— preguntó

Reí ligeramente.

—Ni a ella.— confirmé

Pues sólo seguimos trabajando. Agregué el número de Eunbi, pero no inicié una conversación porque lo único que quería era ir con Chaeryeong y prepararme para el concierto de las chicas.

Aunque no pude verme con mi novia en casa, lo podría hacer en el concierto. De todos modos hablé con ella por mensajes.

Y la hora del concierto, pues solamente busqué mi asiento, me senté y esperé a ver a esa preciosidad, la cual eventualmente salió al escenario.

Me encanta ver su sonrisa, en serio. Se ve tan dulce cuando agradece, esa sonrisa de oreja a oreja me pone tan contento a mí también.

Aunque no podía mostrar mi amor de forma tan expresiva, intenté mostrárselo de alguna manera.

Cómo detrás del escenario.

Le dejé un grandísimo ramo de rosas con cientos de flores y rosas diferentes, así que diez minutos después de que terminó el concierto, recibí un mensaje de mi novia exactamente.

Le dejé un grandísimo ramo de rosas con cientos de flores y rosas diferentes, así que diez minutos después de que terminó el concierto, recibí un mensaje de mi novia exactamente

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Así que fui detrás del escenario, en el camerino de las chicas

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Así que fui detrás del escenario, en el camerino de las chicas.

Chaeryeong estaba en el sofá, fascinada por el ramo gigantesco que le hice y tomándole cientos y cientos de fotos.

Hasta que me vio, ahí se levantó y se puso a saltar de alegría mientras iba hacia mí.

—¡Mi amor, están preciosas!— expresó tiernamente

—¿Te gustaron, cielo?, las compré mientras pensaba en ti.— comenté, recibiendo alegremente sus besos

Chaeryeong asintió tiernamente.

—¡Está enorme!, ¿estas son las que te dije que me gustaban?, ¡mi amor!— expresó

—Sí, esas son.— sonreí aún más

La abracé aún más para al final, poder besarnos en los labios.

Me tomó de las mejillas y nos seguimos besando apasionadamente.

Caímos en el sofá, así que nos comenzamos a reír sin dejar de besarnos, obvio.

—Oh, ¿irás conmigo al dormitorio?— preguntó

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