Un chico en TWICE

Capítulo 38

—¿Ah?— expresó Nayeon

—¿Una tienda de ropa para qué, noona?— le pregunté a la líder

—Para comprarte algo de ropa. Vas a vivir con nosotras un tiempo, ¿no?, debes tener ropa.— explicó

—Tengo ropa en mi departamento.— me reí ligeramente

—Vives muy lejos, ____.— comentó

—Podemos pedirles a uno de los managers que traiga mi ropa, ¿no?— dije

—Sí, sí pero... ya se lo comentaré a Jin Young, ¿vale?, por ahora es mejor que le pidas a uno de los manager su chaqueta, o puedes irte así.— dijo ella

—Ya veremos qué sucede con ello. No te angusties, noona.— le sonreí ligeramente

Suspiró ligeramente y asintió para sonreírme de vuelta.

Así que las chicas se fueron duchando de una en una, y evidentemente, yo lo hice también.

Usé los productos que habían ahí, no poqdía hacer más.

Y al terminar, solamente salí del cuarto de baño.

Fuera de éste, las demás chicas ya estaban haciendo fila para entrar también

Les sorprendió lo rápido que terminé, pero sólo fui saliendo secando mi cabello con la toalla.

Las esperé en la sala, en la cual eventualmente las nueve fueron bajando.

—¿Ya están todos listos?— preguntó la líder

Asentimos.

—Ah, cielo.— Tzuyu me llamó, así que me giré hacia ella, y en cuanto lo hice, me rocío con perfume

—Gracias.— reí ligeramente —Uy, huelo a chica.— comenté, haciendo reír ligeramente a mi novia —¿Es tuyo?—

—Sip.— confirmó tiernamente

—Huele delicioso.— le sonreí

—Me dijiste que te gusta el aroma de las rosas, así que compré este. Me pone muy contenta que te haya gustado.— sonrió de vuelta

Tzuyu se acercó para obviamente besarme, pero antes de lograrlo, Jihyo entró de nuevo.

—Chicos, vámonos ya.— dijo

Tzuyu bufó.

—Vamos, amor...— tomó mi mano

Cuando vimos el transporte de las chicas llegar, todos subimos, al igual que Tzuyu y yo

Por supuesto, mi novia se sentó a mi lado.

Aunque no podíamos ser cariñosos por obvias razones, sí íbamos tomados de la mano casi siempre.

Nos sentamos juntos en nuestra sala esperando a que nos llamaran.

Y nuevamente, ambos tomábamos nuestras manos.

Tzuyu estaba a la espera de que sólo estuviéramos nosotros diez para poder besarnos.

Pero al final, nunca estuvimos solos.