Capítulo 74

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—¿No vas a venir conmigo?— preguntó Tzuyu preocupada

Negué ligeramente.

—Q-quería hacerte algo especial por tu nuevo contrato...— bajó la mirada —Ta-tal vez salir a pasear, ¡oh!, po-podríamos ir a la playa como nuestra última vez, m-me gustó muchísimo caminar descalzos sobre la arena y tomados de la mano.— comentó, esbozando una sonrisa

Ciertamente fue precioso y me gustaría ir con ella, pero sólo para averiguar si definitivamente dejé de amarla...

Mordí mis labios.

—Chaeryeong y yo ya quedamos en salir...— me negué

Los ojos de Tzuyu se pusieron cristalinos; asintió con timidez y solamente se fue.

Poco rato después, Chaeryeong bajó vestida para dar un pequeño paseo.

—¿Nos vamos?— sonrió

Sólo asentí; se despidió de sus padres y ambos finalmente nos fuimos juntos.

—¿Bebé?— me tomó la mano

—¿Sí?— sonreí nerviosamente

—¿En qué piensas tanto?, ¿es Tzuyu?— preguntó preocupada

—No, no, s-sólo estaba pensando en el contrato y de ser idol nuevamente.— mentí

—Lo harás bien. Sabes que siempre cuentas conmigo.— sonrió

—Lo sé.— besé sus labios, cosa que me calmó un poco

Al llegar al estacionamiento de mi hotel, pues subí junto a ella; nada más entrar, Chaeryeong cerró la puerta, tomó mi mano y me acercó a ella. Pasó sus brazos por detrás de mi cuello y comenzó a besarme.

Caímos en la cama sin dejar de besarnos ni por un sólo segundo...

Poco a poco y sin dejar de besar sus dulces labios, Chaeryeong comenzó a quitarme la camisa al igual que lo hice yo con su blusa.

También quite su falda y ella me quitó el cinturón.

Bajó lentamente dando besos en mi torso desnudo hasta llegar al botón de mi pantalón, solamente lo desabotonó y lo bajó.

Contrario a lo que me pasó con Tzuyu la otra vez, esta vez tenía una gran erección.

Chaeryeong me dio una mirada un tanto coqueta antes de metersela a la boca.

—Joder...— gemí

—Hey, esa boquita. Tal vez tenga que castigarte...— se mordió los labios

—Castigame...— gemí nuevamente

—¿Cómo puedo castigarme para darle una lección a esa boquita?, tal vez tengas que comerte mi coño, tal vez tengas que cogerme hasta que ya no puedas más.— se acercó a mis labios, pero no me besó porque volvió a chupármela

—Un sólo castigo no va a arreglar mi sucia boca.— le dije

—Tienes razón.— sonrió —Primero te haré terminar antes de pensar en un tercer castigo para ti.— dijo, con una voz muy sensual

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