Capítulo 52

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Cómo aquella vez, estábamos ensayando para el concierto japonés. Era pequeño, sólo quince mil personas, sólo eso...

Aunque eran la mitad de las personas que vinieron al primer concierto, aún así eran muchísimas para uno en el extranjero y un grupo aún rookie.

Sería por la noche, así que estábamos ensayando toda la mañana y la tarde, aunque con pequeños descansos.

—Los ONCE japoneses de recibieron bien.— Jihyo se sentó a mi lado

—Sí, a mi tambien me asombró. Son los primeros que me aceptan desde que debuté, tal vez ya tengo favoritos— reí ligeramente

Jihyo se rió ligeramente.

—Oye, yo... no he estado durmiendo bien desde hace unas semanas, he vuelto al sofá.— se recostó

—¿De verdad el insomnio volvió?— la miré

Asintió triste.

—Noté que fue desde que dejaste de ir a abrazarme...— sus mejillas se enrojecieron

—Eso fue hace semanas...— dije yo

—¿Te molestaría ir otra vez y abrazarme hasta que me quede dormida?, s-si no quieres está bien.— pidió

—Iré.— le sonreí

Jihyo comenzó a sonreír agradecida; besó mi mejilla y se levantó para seguir ensayando, cosa que hice yo también.

Seguimos ensayando sin parar, y aún antes del concierto, seguimos ensayando...

Hasta que finalmente, el sol se empezó a esconder.

—¿Te sientes bien, cielo?— me preguntó

—Creo que sí. Creo que puedo hacerlo.— le sonreí

—Vale, v-vale. Sé que podrás, confío en ti.— besó mis labios

Y después, el concierto finalmente empezó...

De verdad era la primera vez que experimentaba todo esto, ahora sabía porque Tzuyu estaba tan excitada en aquella ocasión, yo también estaba sintiendo lo mismo en todo mi cuerpo y lo único que quería era tener a Tzuyu.

Tomé a mi novia de la cintura y la acerqué a mí; se rió ligeramente, pero se dejó tocar por mí.

Empecé a llenarla de besos, aunque en un principio sólo lo hacía por jugar, poco a poco fui aumentando la intensidad.

—Amor, nuestros mánagers se van a dar cuenta.— avisó Tzuyu

—Sólo estoy jugando, cielo...— le respondí

Se dio la vuelta y tomó mis mejillas; empezó a sonreír enormemente para después abrazarme.

—Te amo.— dijo de la nada

Le sonreí de vuelta y volví a bajar mis manos a su cintura.

—Y yo a ti.— respondí

Juntamos naríz con naríz y después besé su frente; esa excitación de alguna manera se volvió sólo amor.

—¿Qué te parece si-—

Un chico en TWICEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora