Un chico en TWICE

Capítulo 57

• Tú •

—Q-quiero que me respondas algo.— Dahyun estaba muy ansiosa

—¿Qué es?— pregunté de vuelta, viendo aún hacia el camerino

—P-por favor mírame.— tomó mis mejillas —¿P-por qué me besaste?— preguntó

—¿Por qué te... besé?, Dahyun, creo que te estás confundiendo.— contesté, muy, pero muy confundido

Dahyun tomó mis mejillas, y simplemente me dio un beso.

—M-me besaste así, m-me besaste justo así, ¿lo recuerdas?— dijo

—No, yo... no lo recuerdo, además de Tzuyu, no he besado a nadie más.— mentí, ya que besé a Chaeryeong, pero de verdad nunca había besado a Dahyun

—N-no, n-no, s-sí lo hiciste, ¡d-de verdad lo hiciste, coño!— expresó molesta y frustrada

—Dahyun, cálmate. No te he besado, no he besado a nadie después de Tzuy-—

—¡Po-porque nos besamos antes de que ella fuera tu novia, usa tu cerebro, ____!— exclamó aún más molesta, y a punto de llorar

—Es que no te entiendo, Dahyun, ¿cuándo fue eso?— pregunté

—¡Ha-hace tres años!, t-te invitamos a beber, ¿recuerdas?, fue ahí, fue ahí cuando me diste mi primer beso, ¿lo recuerdas?, dime qué sí, quiero saber porque me besaste...— usó mi pecho como soporte

—Dahyun, yo... de verdad lo lamento, no recuerdo eso.— me disculpé —¿Podemos volver con las chicas, por favor?, quiero ver a mi novia.— le dije

Tragó saliva y sólo asintió, así que regresamos.

Al entrar, estaba ese tipo que había visto anteriormente.

La verdad es que todo este asunto de mantenernos en secreta me empezaba a parecer una completa mierda, así que tomé un respiro y caminé hacia mí novia, quién por cierto se veía incómoda.

La tomé gentilmente del mentón y le robé un pequeño, pero dulce beso justo frente a él.

—Perdón por tardar tanto, guapa.— me disculpé

Tzuyu estaba tan confundida, pero a la vez estaba tan contenta.

—Que bueno que llegaste, amor.— sonrió

El chico se veía muy confundido, pero sólo se alejó ligeramente de nosotros y nos dejó en paz.

Tzuyu se recostó en mi pecho con una gran sonrisa de felicidad.

—Cielo, ¿te parece si nos vamos?— preguntó

—¿A dónde?— le pregunté de vuelta

—¿En dónde te estás quedando?— ya sabía para dónde iba esta conversación

—Eh... en ningún lado, acabo de llegar.— respondí

—Hm... entonces habrá que irnos a nuestro dormitorio.— sonrió

—Vamos.— accedí