Alec es un cazador de sombras, la sangre del Ángel corre por sus venas, lo que le da ventajas sobre el resto de la humanidad;agilidad, fuerza y buenos reflejos, que sumándole las runas básicamente lo hacen un super humano.
Pero no con Magnus.
Con él, todo eso se va al traste, y Alec pasa a ser algo más torpe que un mini mundano.
Cuando lo conoció, estaba con sus hermanos en su club, y cuando lo vio, su bebida cayó al piso.
Después, cuando fue a pedirle la cita, al pensar en verlo, tropezó en el último escalón antes de llegar al loft.
Y cuándo tuvieron la cita, primero derramó la bebida de Magnus en su camisa, y al final se había caído por las escaleras. Magnus había cerrado la puerta, pero Alec estaba seguro de que lo había escuchado.
Para Alec todo eso era vergonzoso.
En cambio Magnus lo encontraba divertido y adorable.
Él sabía que los hijos del Ángel tenían reflejos super humanos, por lo tanto disfrutaba de ver los efectos que tenía sobre uno de ellos, aunque fueran desastrosos.
Igual tenía magia para arreglarlos, y eran pocos los momentos que podía apreciar algo así.
Justo como en ese momento; iba llegando de una cacería al loft, y cuando Magnus puso sus ojos sobre él, tropezó y al intentar agarrarse, tumbó un jarrón.
O lo habría hecho si Magnus no los hubiera detenido a ambos con su magia.
Avergonzado, Alec se acercó, pero cuando Magnus le guiñó, volvió a tropezar y terminó cayendo encima de su novio en el sofá, con una mano a un lado de la cabeza de su novio, y sus cuerpos tocándose en varias partes, en una posición muy comprometedora.
-Iniciativa... Mmm, me gusta... Nunca dejas de sorprenderme, Alexander - ronroneó el brujo, y el nefilim se sonrojó al ver que era cierto. La mano que no tenía al lado de su cabeza estaba sobre el cinturón del brujo, muy cerca de su entrepierna.
-Mags, lo siento mucho... Yo... - El nefilim se vio silenciado por los labios de su novio sobre los suyos, y antes de darse cuenta, su mundo se volteó, y ahora era él el atrapado entre el sillón y el brujo.
-No tienes por qué disculparte, cielo. Nunca dije que me desagradaba, ¿o sí? - sonrió de lado cuando el nefilim negó lentamente - Además, la posición en la que quedamos, me da otras ideas...- dijo, y empezó a besar su cuello, mientras lo acariciaba por debajo de la ropa.
Alec poco a poco se iba perdiendo en el placer que le daban los besos de Magnus, y sus caricias. Pero cuando las manos del brujo llegaron al mismo lugar donde habían estado las suyas, todo su cuerpo se tensó y empezó a negar precipitadamente, mientras se incorporaba, olvidándose de que el brujo estaba encima de él, y con su fuerza nefilim lo mandó al piso.
-¡Magnus! Perdón, perdón, lo siento mucho amor. ¿Estás bien?
-Alexander, si no querías hacer nada había formas más fáciles de darte a entender - bromeó mientras se levantaba.
El nefilim enrojecio a más no poder y dijo en un susurro culpable:
-Lo siento - Magnus no podía con la cara de niño arrepentido de Alec, y se sintió culpable.
-No pasa nada, mi amor. Vamos a la cama - viendo su cara de alarma, dijo - A descansar, cielo. Ya aprendí mi lección.**********
Ambos estaban en la cama, la cabeza de Alec sobre el pecho desnudo de Magnus, los dedos de este jugando en su cabello y una mano frotando su espalda para destensar sus músculos.
Habían estado así por un buen rato, en silencio; pero Magnus sabía que había algo que molestaba a Alec, así que estaba esperando pacientemente a que lo dijera. Y cuando el nefilim suspiró, supo que había llegado el momento.
-¿Magnus?¿Estás despierto?
-Sí ¿pasa algo?
-Sí... Bueno... Algo sin importancia...
- Que no te ha dejado dormir, cuando usualmente caes rendido después de una cacería. ¿Qué es, Alexander? - El nefilim tomó aire y lo soltó rápidamente, preparándose.-¿Por qué estás conmigo?
-Porque somos pareja.
-No... Es decir, sí, pero...
-¿Pero... ?
-¿Por qué yo?-dijo, al fin liberándose de ese peso que cargaba desde que empezaron su relación.
-Porque no me interesa nadie más, amor.-Pero... ¿Qué ves en mí? Hasta hace poco no tenía el valor para decir que era gay y que tu eras mi novio. Aparte, soy tan torpe que ni siquiera parece que soy un cazador de sombras. Siempre que te vengo a ver termino causando desastres en tu casa - el brujo suspiró y el menor lo tomó como hartazgo.
Por supuesto, el brujo debía estar ya cansado de tener que quitar sus inseguridades y detener sus desastres. Seguramente trataba de ignorar sus fallas por el amor que le tenía, pero ahora que él mismo las remarcaba, debía estar reconsiderando su relación...
Por estar pensando, no se dio cuenta de que el brujo se había incorporado, y que lo había tomado por las caderas para que estuviera posicionado de tal modo que sus rostros quedaran a la misma altura.
Cuando el brujo lo acomodó sobre él, el nefilim soltó un pequeño grito, y salió de su trance de pensamientos destructivos cuando vio un par de ojos de gato llenos de paciencia y amor.
-Alexander... - comenzó el brujo pacientemente- Creí que ya había quedado claro, pero ya veo que no. Te lo voy a repetir cuantas veces sea necesario: te amo y nada va a cambiar eso - dijo, mirándolo a los ojos.
-Es verdad que me molestaba que ocultaras nuestra relación y que me trataras como poco más que a un desconocido, pero traté de ser comprensivo y de darte tiempo. Aunque, cuando pensé que moriríamos como amantes clandestinos, mi paciencia se fue al traste- dijo, haciendo que el nefilim riera.
- En lo que a tu torpeza se refiere...¿Estás bromeando, Alexander?- el nefilim se tensó, preparándose para lo peor- Te he visto en acción desde nuestra primera cita; por supuesto que sé que eres un hijo del Ángel... Y tan caliente cuando muestras tu poder angelical- ante esto, Alec se sonrojó.
-Pero también me encanta comprobar que eres humano, que tienes debilidades y que yo soy una de ellas. Y jamás te juzgaré o me cansaré de evitar todos tus "desastres", porque me encanta que puedas bajar tus defensas y mostrarte vulnerable ante mí- corroborando las palabras del brujo, todos los músculos de Alec se relajaron.
El brujo dejó un pequeño beso en su frente y se acostó, con su novio encima de él.
-¿Satisfecho, mi pequeño nefilim?
-Mmmmmm... - pensando que ya se había dormido, cerró los ojos y cuando ya sentía el sueño llegar...
-¿Maggssss?
-¿Qué pasa, mi amor?
-Te amo - dijo Alec con voz cansada, como juntando sus últimas fuerzas.
-Yo también te amo, mi nefilim estúpido y torpe.~~~~~~~~~
¡Casi mil vistas! 😄
Gracias por leer ❣️
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One Shots Malec
FanfictionAlgunas ideas de Malec. La mayoría no están conectados entre sí. Los personajes son de Cassanda Clare, pero la historia es enteramente mía. *Se prohibe su copia y adaptación*