Spoon 🥄

1.1K 80 20
                                    

Alec, como el primogénito de una pareja de cazadores que buscaban llevar su apellido a la gloria, nunca había recibido cariño, al menos no en la forma tradicional.

Su vida se había ido en entrenamientos y cacerías, y la única muestra de cariño que había recibido era un simple "vas mejorando".

Sus padres no le daban cosas como  abrazos, besos o caricias, así que había crecido pensando que eso era lo normal, y le resultaba extraño cuando era víctima de esas atenciones por parte de sus hermanos.

Nunca entendió muy bien cuál era la necesidad de hacer eso...

Hasta que llegó Magnus y lo besó por primera vez.

Alec vio fuegos artificiales, el mundo parecía brillar más y experimentó sensaciones que no creía posible.

Y no supo que hacer.

Durante 18 años no había recibido mucho cariño, y ahora que por primera vez tenía una pareja, estaba desorientado

Afortunadamente para él, Magnus entendía sus limitaciones, y lo iba guiando en cada paso del camino.

Y Alec, como un niño pequeño, aprendió rápidamente a imitar a Magnus, y decidió cuáles cosas le agradaban, y cuáles eran sus favoritas.

Poco a poco todo se iba acomodando. Pero esa noche se presentó un nuevo reto.

La hora de dormir.

Magnus había logrado convencerlo de dormir con él, y ahora Alec estaba parado enfrente de la gran cama, mirándola fijamente, como si escondiera los grandes secretos del universo

Y así lo encontró Magnus cuando salió del baño, y lo enterneció verlo tan perdido como si fuera la primera vez que se iría a la cama. Aunque pensándolo bien, tal vez sí era su primera vez durmiendo con alguien.

Alec se vio arrastrado fuera de sus pensamientos cuando unas morenas manos con anillos le rodearon la cintura desde atrás, por debajo de la camiseta que Magnus le había prestado para dormir. Acto seguido sintió también un ligero beso en su cuello, y se relajó entre los brazos de su novio.

-¿Es la primera vez que duermes con alguien?-Alec asintió débilmente, e inclinò su cabeza avergonzado. Una de las manos que lo rodeaba abandonó su cintura y subió hasta su barbilla, y un largo y moreno dedo giró su cabeza hasta que sus labios se encontraron con otros suaves. Cuando el beso terminó el brujo habló de nuevo.

-Tranquilo, cariño. No pasa nada. Sólo dormiremos. Puedes abrazarme, o sólo dormir a mi lado, con lo que te sientas más cómodo- Alec asintió y después de otro beso, se dirigió al lado derecho de la cama, e instintivamente se metió debajo de las sábanas.

Pero al voltear a ver al brujo, lo encontró con una ceja arqueada y se sonrojó.

-¿Está bien si tomo este lado de la cama?¿O lo quieres tú? Sabes, puedo salirme, y...
-Ese lado está perfecto, Alexander. Yo siempre duermo en el izquierdo. Acomódate tranquilo.

¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬

Al día siguiente Magnus lo encontró en posición de soldado, y pensó que tal vez por ser la primera noche y no querer molestarlo había dormido de esa manera, así que lo dejó pasar.

Pero conforme fueron pasando más noches se dio cuenta de que esa era su manera de dormir. 

Y lo habría dejado pasar si al menos Alec pareciera cómodo. Pero de hecho parecía muy tenso, y cuando habló con él, le dijo que así había dormido toda su vida, siempre listo por algún posible ataque sorpresa como parte de su entrenamiento.

Magnus sintió su corazón quebrarse, pero supo que su tristeza no le serviría de nada a su ángel, y decidió buscar una forma de ayudarle. Él, como su pareja, podía cambiar sus viejas costumbres, como estaba seguro que su galletita y Sadoc habían hecho con sus cuñados.

Y su oportunidad llegó un día que el nefilim había regresado de una cacería, y había seguido durmiendo después de desmayarse cuando lo curaba.

Magnus había despertado sin saber por qué, sólo para darse cuenta de que Alec se removía inquieto en sueños, y no dejaba de murmurar.

-Magnus... demonio... lejos... Magnus... a salvo...- Magnus se alertó, pero vio que seguía dormido, así que empezó a acariciar sus cabellos y a murmurar en su oído.

-Tranquilo, Alexander. Aquí estoy, estoy seguro, estoy a salvo, estoy contigo...Descansa, mi amor...- acto seguido, Alec murmuró su nombre por última vez, y su cuerpo se relajó completamente, girando hacia la derecha.

Magnus, al verlo, tomó una decisión un tanto arriesgada. Se acercó lentamente, y a la misma velocidad abrazó al chico por la espalda. Al sentirlo, el cuerpo de Alec se volvió mantequilla entre sus brazos, moldeándose al cuerpo de Magnus, y siguió durmiendo tranquilamente, como el ángel que era.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Al día siguiente, Magnus se había levantado "temprano" para desayunar con Alec, así que su cerebro todavía no funcionaba muy bien, y con la mente todavía nublada le preguntó.

-Cariño ¿Por qué nunca me dijiste que te gusta dormir de cucharita?
-¿De qué?
-De cucharita, amor.
-Porque ni siquiera sé que es eso.- Magnus abrió mucho los ojos. Joder, lo había olvidado por completo.

-Mira cariño, dormir de cucharita en pareja es cuando uno de los dos abraza al otro por la espalda, y su pecho queda pegado a la espalda del otro - Alec se sonrojó intensamente.
-¿Y dices que me gusta por...?
-Ayer estabas teniendo una pesadilla, y te calmaste cuando te abracé.
-Lo siento, Maggs.
-No hay por qué disculparse, cariño. No hay nada de malo en eso.
-Yo... no sabía que me gustaba.
-Bueno, ahora que lo sabes, espero que lo sigamos haciendo - de pronto un sonrojo volvió a invadir el rostro del nefilim. Magnus sonrió divertido.

-¿Qué sucede, amor?
-Nada...-dijo sin mirarlo a los ojos .
-Alexandeeer...
-¿Qué van a pensar mis hermanos si se enteran?
-No tenemos porqué decirles... aunque ciertamente sería interesante averiguarlo...
-Ni lo pienses, Magnus. Ni se te ocurra decirles...
-¿O si ni qué?- dijo el brujo divertido.
-Si lo hace, yo voy a... ¿Hacer algo?- dijo el nefilim en tono lastimero, y el brujo se apiadó de él.
-No temas, Alexander. Tu secreto está a salvo conmigo, siempre y cuando lo sigamos haciendo...

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Estaban jugando Verdad o Reto en el loft del brujo.
-Alec, tu turno. Las pocas veces que están en la cama y duermen...- las mejillas de Alec se tornaron rosas- ¿En qué posición duermen? - pasaron a ser escarlatas. Dirigió una mirada suplicante a Magnus, quien solo le acarició la mejilla tiernamente y dijo en voz alta.
-Isabelle, tienes 2 opciones: saltamos esa pregunta y seguimos jugando, o hasta aquí llegamos, y cada quien sigue su camino. ¿Qué dices?
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Tercer intento 😅

LovetoMalec:

Te aviso, te anuncio... 🎶🎶🎶

Este capítulo y los 2 anteriores fueron inspirados en la idea que me diste. Escoge el que más te agrade.

Gracias por leer 💖

One Shots MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora