Alec miraba la chaqueta con tristeza.
A él no le importaba la ropa, pero esa era su prenda de ropa favorita.
Tenía, según él, muchas ventajas: era negra, su color preferido; era holgada, justo como le gustaba; y lo mejor de todo, tenía muchos bolsillos, donde podía guardar muchas cosas, como su celular, los audífonos que Magnus le regaló, etc.
La había comprado hace años, cuando iba a comprar una para Jace, y sin saber su talla, decidió comprar dos, una de la talla que se imaginaba era de Jace, y otra más grande, por si la primera no le quedaba. Afortunadamente, había acertado en la talla, así que le había quedado una chaqueta nueva a él.
Al principio no la había usado, temeroso de que Jace pensara que le estaba copiando, o peor aún, que quería ser como él. No, gracias.
Pero cuando Jace, siendo poco cuidadoso, como de costumbre, logro desgarrarla y la desechó, Alec se esperó un poco, y un día particularmente frío, decidió usarla.
Y cual fue su sorpresa cuando, al salir, se encontró con Jace, que traía una chaqueta similar.
Alec palideció, su pensamientos a la velocidad luz.
¿Acaso Jace no la había tirado? Él recordaba claramente cuando Jace había vuelto de la carrera de motocicletas, su chaqueta y él llenos de raspones y lodo. Jace había contado la anécdota lleno de orgullo, mostrando la chaqueta a sus hermanos como si fuera una especie de trofeo, antes de tirarla al cesto como si fuera una pelota de basquet, como si no la hubiera sostenido en sus manos cual trofeo no hacía ni cinco minutos.
Alec recordaba ese día con claridad por la manera en la que su corazón se aceleró al pensar en perder a Jace. Ángel, que ridículo había sido, pero no tenía sentido arrepentirse. Lo hecho hecho estaba.
El punto era que Alec recordaba que Jace se había deshecho de esa chaqueta. ¿Que estaba pasando aquí? ¿O estaba tan apegado que se había comprado una similar? Ángel ¿qué pensaría Jace de él?
Él y Jace se vieron por unos segundos, Alec congelado por el miedo, Jace viéndolo como si estuviera analizándolo, lo que solo ponía a Alec más nervioso.
Finalmente, Jace habló.
—Mira, tenemos la misma chaqueta. Aunque claro, se me ve mucho mejor a mí— Alec resopló.
—En tus sueños, Herondale.Se había convertido en su favorita desde entonces.
Eventualmente, la chaqueta había pasado de ser la chaqueta que compartía con Jace (Alec todavía se encogía cuando pensó en lo emocionado que estaba su yo adolescente por ese hecho) y pasó a tener su propia personalidad y recuerdos.
Fue la que traía puesta cuando conoció al huracán que era su novio, Magnus Bane; la misma que Magnus tomó para jalarlo a su primer beso, la wue lo acompañó en su primera cita con Magnus; la que llevaba en su primer concierto (con Magnus, por supuesto), en su primera fiesta de disfraces (una que Magnus había organizado) la misma que le había quitado cuando...
En fin, esa chaqueta tenía muchos recuerdos importantes.
Alec siempre tenía muchas cosas en la cabeza, y las cosas materiales eran una manera de conservar buenos recuerdos que no siempre estaban en la cima de su lista de prioridades, pero que siempre le hacían sonreír cuando las recordaba.
Pero ahora aparentemente tenía que deshacerse de ella, según sus amigos, sus hermanos, y Magnus, obviamente.
Alec no era ciego; él podía ver claramente que la chaqueta había sido víctima del deterioro y los años de uso, y no se veía como cuando recién la compro, pero todavía se veía bien.
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One Shots Malec
FanfictionAlgunas ideas de Malec. La mayoría no están conectados entre sí. Los personajes son de Cassanda Clare, pero la historia es enteramente mía. *Se prohibe su copia y adaptación*