Gay

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Alec no era normal.

Al tener sangre de ángel, era claro que no fuera normal, pero aún así había otros aspectos en los que no se sentía normal, como su orientación sexual.

Jamás había sabido de algún cazador de sombras que fuera homosexual,  así que la primera vez que se descubrió disfrutando las vistas que le daba Jace, se cacheteó mentalmente.

Eso no era normal.

Eventualmente tuvo que aceptar que le atraían los hombres, así que jamás sería normal.

Al menos no a los ojos de la Clave y el resto de los cazadores.

Y muchos años después, cuando empezó a salir con Magnus, y creyó que había encontrado un espacio donde descansar de sus propios prejuicios, se dio cuenta de que se equivocó.

El día que Magnus lo llevó a un desfile del orgullo gay, Alec quedó impactado por la cantidad de color que había. Era demasiado.

Y cuanto más tiempo pasaba, más notaba Alec que los hombres gay que veía cuando salía con Magnus usaban mucho color en sus ropas.

Ahora comprendía porque les decían mariposas.

Y justo en ese momento, se dio cuenta de algo.

Él era gay y no usaba colores.

Aparentemente, ni para ser gay servía.

Y, como si no tuviera ya suficientes inseguridades, una más apareció con mucha fuerza, y se sumó a la larga lista de las ya existentes.

¿Qué pasaba si Magnus se hartaba de él por no ser lo suficientemente "gay"?

¿Lo dejaría por no usar colores en sus ropas, pintura en su cabello, o maquillaje en su rostro?

Era ridículo, pero Alec no podía verlo con claridad en su miedo.

Un par de veces Magnus lo había llevado a comprar nueva, argumentando que la suya tenía demasiados hoyos, o le quedaba muy floja. Alec no le había dado demasiada importancia, pero ahora empezaba a reconsiderarlo.

Tal vez debía empezar a ser más como Magnus. Quizá, si cambiaba su ropa, se maquillaba, o se comenzaba a pintar el cabello o se interesaba por la ropa y el diseño, Magnus no lo dejaría.

Sí, eso haría.

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Magnus estaba preocupado.

Alec estaba cambiando, y él sabía que no era para bien.

Desde hacía un tiempo, empezó a ver cómo Alec llegaba con camisas de colores y ropa ajustada a su loft.

No era que le molestara: de hecho, Alec se veía fabuloso. Pero le preocupaba el nefilim.

Para esas alturas, Magnus ya se había acostumbrado a la ropa horrorosa de Alexander. No le importaba lo que vistiera, simplemente porque cuando llegaba y le sonreía de esa manera tan única, lo que trajera puesto pasaba a segundo plano.

Pero desde que empezó a vestirse diferente, aunque le seguía sonriendo, Magnus podía decir que no se sentía cómodo con lo que trajera.

El brujo ya estaba acostumbrado también al hecho de que, cuando no estaba con él, la expresión del nefilim era seria, letal, o en modo "cazador de sombras".

Pero nuevamente, desde que había empezado a cambiar su estilo, su expresión era de incomodidad, o a veces de miedo.

Magnus le había preguntado un par de veces cuál era el motivo de su cambio, y ambas veces la respuesta había sido la misma.

One Shots MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora