capitulo 5

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-La novia ya esta lista- escuchó decir a la que ayuda a Raisa a ponerse el vestido, junto mis manos esperando ansiosa como una madre esperando a su retoño a que por fin salga Raisa, cuando la veo salir con un hermoso vestido blanco con bordado de flores rosa pálido en la falda, un vestido estilo princesa con un corte corazón sin mangas me quedo muda, jamás me imaginé verla así, la detallo cuidadosamente sonriendo como nunca, hasta que llegó a su cara, tiene una expresión de felicidad absoluta.

-Eres es.. tu- por primera vez no se que decir, solo la puedo mirar.

-¿Qué tal me veo?- da una vuelta mostrando todo su esplendor, hoy es el día en que más brilla.

-Magnífica- es lo único que digo antes de que dos mujeres locas me empujen para abrazar o más bien apretar a Raisa contra ellas, se esfumó toda la magia del momento.

-Eres la novia más bella Raisa, Damian tiene suerte de casarse contigo- dice mi mamá viendo con orgullo a Raisa.

-Mírate ¿Cuándo es que creciste tanto?- la mama de Raisa la vuelve a apretar.

-Bueno fue un momento muy emotivo, pero les recuerdo que la ceremonia comienza en diez minutos, así que salgan y aparten lugar, no la pongan ansiosa- ella me miran con una mueca, mi mama se me acerca y estira mi mejilla como si fuera aún una niña pequeña.

-Siempre tan malcriada, no queriendo prestar a Raisa ni por un momento toda tu vida, no cambias- ni le contesto, se me acerca la tía con una sonrisa, dándome un beso en la mejilla saliendo seguida por mi madre.

-Ahora que estamos solas ¿Cómo te sientes, estás nerviosa?- ella asiente.

-En menos de dos horas voy a estar casada Jane, con el hombre que amo, ¿Cómo no podría estar nerviosa?- le sonrió acercándome y rodeándola entre mis brazos.

-Oh Raisa, es normal o al menos eso se dice, pero si quieres puedes escapar de esto; pero no como todas las otras novias indecisas, si quieres en la ceremonia yo me opongo a tu casamiento poniendo una tonta excusa frente a todos y te robo, para al final ir a una isla a vivir alejadas de todos los males. Sabes que con una llamada puedo tener todo arreglado, ademas mi fantasía siempre a sido oponerme a una boda y que mejor que la de mi hermano- ella ríe quitando un poco los nervios, me rio con ella.

-Damian se pondría loco- asiento.

-Tal vez a mi me deshereden y a ti el maníaco obsesivo te secuestre, pero eso ya es otro problema que resolver en el futuro- me encojo de hombros.

-Muy probable, lastima que ya lo amo, será para la próxima- me da un beso en la mejilla.

-Te lo aseguro, ahora salgamos que tu padre a de estar mas nervioso que el novio y no queremos que se desmaye, ya ves que esta viejito- asiente entrelazando su brazo con el mío, con los tacones aun me llega su altura a los ojos.

No me arrepiento de ser su dama de honor, una de cuatro, ya que le ofreció este trabajo a sus amigas de oficina, ellas cuando la ven vienen y se tiran a abrazarla y a algar con unas tontas sonrisas, hago una mueca muy disimulada cuando lo veo.

Todas tenemos un vestido azul de un tono específico pero de diferente diseño, por ejemplo el mio es con corte corazón con mangas holgadas largo, acompañado con mi cabello rubio recogido adornado con flores algo que me hace ver mas joven, Raisa dijo que era perfecto yo digo que parezco una niña, no me siento como la empresaria Jane de veintisiete años.

-Bueno ya estamos todas solo falta alguien que es sustancial, el padre de la novia no lo veo por ningún lado- lo busco con la mirada y no está, veo el reloj y solo faltan cinco minutos para que esto comience.

-No a de tardar- dice Raisa yo negué tallándome las cejas, se donde probablemente esté, todos los padres son iguales.

-Ahora lo arreglo- a paso tranquilo me dirijo a el sanitario donde escuchó sonidos grotescos, aguantando el asco entre para encontrarme con una decepción, el tío está vomitando hasta el pulmón diría yo.

-Dale tío que la capullito espera, y si que espera- me recargo en la puesta viendo como se levanta yendo al lavamanos para hacer gárgaras, mientras que se toca el estómago, pobre hombre está a nada de desmayarse.

-Ahora voy, tranquila- hago como si lo pensara.

-Pues solo faltan dos minutos para que comience- el hace una mueca caminando a la salida a lo que salgo.

-Vamos sino mi capullito se pondrá triste- asiento.

-¿Crees poder hacer esto?, parece que en cualquier momento te morirás- al asiente.

-Solo son los nervios, cuando seas padre lo entenderás- miro a otro lado haciendo una mueca, él todavía piensa que voy a tener hijos, iluso.

-Si claro vamos, parece que en vez de llevar a la novia ella te llevará a ti- llegamos hacia la novia que parece que se va a comer las uñas, pero sonríe cuando ve a su padre.

-Todos en fila y tu niña mas te vale tirar bien los pétalos y no caerte o sino- con una expresión seria le hago la seña de que le cortaré el cuello, obvio es broma pero por su expresión parece que no lo tomo así.

- Hora del show- me posiciono en mi lugar pongo mi mejor sonrisa cuando escucho la marcha nupcial sonar, se abren las puertas dejando entrar según los tiempos, cuando es hora de las damas entro, viendo todo perfectamente decorado tal y como lo deje al aire libre tal y como ellos lo querían rodeado de un jardín grande lleno de flores rojas con fondo de las montañas de los bonitos paisajes de Grecia, solamente miro al frente, ya luego veré a todo ese nido de serpientes, cuando llego a mi lugar veo a mi hermano con la misma expresión de seriedad de siempre, pero sus ojos solo están enfocados en ella, luego de media hora donde el padre habla y habla ya por fin le toca a los novios.

-Yo Damian Tuell te acepto como mi esposa, mi dulzura Raisa Bech, en esta y en las vidas que siguen juro ante dios que te amare, protegeré y enseñaré la mejor parte de mi solo a ti, si hay otras vidas te buscare aunque me lleve años y me casaré contigo tal y como hoy sin importar los obstáculos solo por ti.

-Yo Raisa Bech te acepto a ti Damian Tuell como mi esposo, confiaré en ti y te respetaré, juro que te amare si importar que, no importa los años que pasen siempre estará ese sentimiento presente y si existen más vidas te esperare sin importar si pasa una vida, porque sé que me vas a encontrar.

Raisa llora mientras lo dice, los dos tienen una gran sonrisa que sin importar si eres ciego podrías ver el amor que se tienen mutuamente, me siento tan feliz por lo dos, ellos son un claro ejemplo de lo que muchos quieren, yo no claro, sonrió viendo como transcurre toda la ceremonia donde por ningún momento apartaron sus ojos el uno del otro, hasta que el padre dijo que podían besarse donde Damián toma a Raisa y diría que transmiten todos sus sentimientos en el beso pero desde mi perspectiva parece que se comen vivos hago mi cabeza a un lado para apreciar mejor al par de pecadores, hasta que el padre tose pero ni con eso paran.

-Que vivan los novios- grite haciendo que todos celebren, en lo que están distraídos viene mi primer regalo, desde el cielo caen miles de pétalos blancos haciendo que los novios se separen Raisa ve al cielo incrédula a lo que sonrió satisfecha, me manda un beso para luego ser tomada por su agrio marido.

Luego de eso todos se retiran al salón que está solo a unos metros, yo me quedo parada para ver cómo todos se retiran, luego con una sonrisa caminó hacia donde están preparando, el regalo principal que les voy a dar, cuando lo veo quedo satisfecha entrando, y cuando entro tome una copa de vino, pero lo primero que me topo es a las víboras de la elite sacar su tierno veneno.

-Así que se casó nuestro Damian, que lastima para mi es aún muy joven, mi más querido sobrino, todo un caballero no como esa mujercita, la verdad nunca me ha dado buena espina- bebo mi copa para acercarme, esta noche está comenzando ligera y si vamos como vamos voy a terminar borracha antes de la mitad.

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Que empiece lo bueno, esto penas comienza y aun falta que se encuentre con Massimo.

JANEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora