capitulo 16

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Cierro los ojos deleitándome de los estruendosos ruidos, disfruto el ruido de la tormenta eléctrica mezclada con el sonoro rugido de los truenos a mi alrededor como un bebe siendo arrullado, la calma está en mí después de tanto tiempo, abro los ojos con una sonrisa veo esa hermosa luz de los relámpagos sintiendo esa electricidad en el ambiente mezclada con el vigoroso aire pegar contra mi cara, mientras mis manos se impregnan de agua cuando las pongo en el frío barandal, me quedo fascinada por un largo rato sintiendo mi cuerpo vibrar, viendo como rayos percuten la tierra, algunos muy cerca de donde estoy, por esto extraño mi hogar.

-Jane ven aquí ahora mismo, que no ves que te puedes matar- toda mi tranquilidad se va al carajo cuando escucho la voz de mi mama, cierro los ojos pensando porque no me fui a otra propiedad en mi estadía aquí. A paso tranquilo entró de nuevo cerrando la puerta corrediza que da al bello balcón principal.

-Te pudiste matar, ¿Cuántas veces te he dicho que no hagas cosas peligrosas? ¿acaso no aprecias tu vida?, que imprudente eres, Jane no eres inmortal- respiro repetidas veces tranquilizándome, no quiero armar una pelea.

-Ya no soy una niña, además como me voy a morir si tenemos un pararrayos- ruedo los ojos pasando de su lado, me arrepiento de haber dado el día libre a los trabajadores por fuertes tormentas.

Esos vagos han de estar disfrutando de sus vidas.

Me alejo de mi madre bajando los escalones, veo la silueta de mi abuela, una mujer con cabello canoso corto, una postura siempre ideal, portando sus trajes con ese bastón del cual nunca se separa el cual ahora sostiene firmemente mientras ve desde la ventana todo lo que sucede afuera, sonrió mientras me acerco a ella.

Me posiciono junto a ella viendo desde el cristal la hermosa tormenta, la miro disimuladamente viendo como ella ni siquiera parpadea estando con una sonrisa que demuestra tanta nostalgia.

-¿Lo extrañas no es así?- pregunte a lo que ella sonríe más pero sin despegar la vista contesta.

-Cómo no extrañarlo- contesta mientras acaricia con su pulgar ese bastón viejo con un lobo enseñando sus dientes en donde se sostiene, su más gran tesoro, el antiguo bastón del abuelo.

-¿Por qué?- pregunte sin aun entender, el lleva años muertos, tantos que para mí es un vago recuerdo, pero para ella es su gran amor, ese es su único defecto.

-Cómo no hacerlo mi dulce Jane, él siempre será el amor de mi vida, cada día que pasa lo recuerdo con cariño y anhelo, el me da fuerza, pensé que a este punto ya lo entendías, al parecer me he equivocado- suelta una lagrima de sus bellos ojos, ella siempre ha sido tan fuerte y valiente, no le teme a nada pero el nombrar a su marido siempre la hace tan sensible, aun no logro entender como una persona puede cambiar solo nombrando a alguien que ya no está.

-Sabes, a tu abuelo le encantaban los días así, él se sentaba en su silla a ver silenciosamente la tormenta con un rostro tan calmado, nunca lo entendí pero aun así me sentaba junto a él a apreciar el paisaje, creo que ahora logro comprenderlo- me quedo callada viendo como más lágrimas silenciosas caen con tanta normalidad por su cara llegando a su sonrisa.

-¿Por qué lloras?- pregunte con curiosidad pues es absurdo, él no ha estado a su lado desde hace más de quince años y aún siente.

-Cómo no llorar, ni el tiempo ni las circunstancias evitan que me olvide de su alegría tan pegajosa, de esa expresión risueña que solo me brindaba, todas esas experiencias vividas, era perfecto para mi, el vivirá en mi para siempre.

La hemos perdido pensé mientras la veía sin decir nada, apreciaba como su cara era más arrugada de lo que recordaba y su altura aun más pequeña, pero aun con las lágrimas y todo sigue con tanto júbilo.

-Dime Jane, tú tienes a alguien que ames- negué haciendo una mueca.

-Los hombres perfectos solo están en los libros. el amor no es tan bueno y duradero como para tenerlo o desearlo- digo y ella me voltea a ver riendo mientras niega.

- Oh Jane a veces olvido que aún eres boba y joven, puedes ser una mujer en lo que respecta a tu vida profesional y en otras muchas cosas un icono de admiración, pero aún eres una niña inexperta en el corazón, si hay hombres perfectos, pero no sin defectos y encontrar al indicado va más allá de lo carnal, todo ser vivo debería vivir un gran amor, no se puede explicar, solo vivirlo.

- Pero muchas personas no lo encuentran, tú solo tuviste suerte.

- Te equivocas, no es de suerte, es solo una espera, intentarlo e intentarlo, no siempre el primer hombre es el correcto, tú sabrás cuando lo encuentres, no tengas siempre ese caparazón tuyo, o algún día te va a apretar tanto que no podrás sacarlo.

- El amor no lo es todo en la vida y menos en la mía- ella ríe mirándome como se le mira a un animal dando la patita por primera vez.

- Claro que no lo es, pero es algo que debes de experimentar el tiempo me dará razon.

JANEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora