extra 1

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Veo como mi padre cuando nos ve sonríe alegremente dejando ver aún más sus arrugas, cuando estamos cerca de él se acerca y me abraza para luego separarse y mirar de arriba a abajo a Aleister que parece que le acaban de decir que tiene que ir a la guerra obligatoriamente, su cara de nervios me da tanta gracia que me dan ganas de tomarle una foto pero me abstengo.

-Veo que sigues intacto, por ahora- le habla con un tono serio, muy raro de mi papa que adora a Aleister y parece que desde el momento uno lo aceptó como uno más.

-La cuido muy bien como ustedes me aconsejo- observe como la manzana de adán de Aleister se mueve para luego mirar a mi papá con desconcierto por dar consejos tan absurdos, parece que no sabe cómo es su hija pero lo que sí me desconcierta totalmente es cuando se ríe con demasiada gracia para mi gusto.

-Oh ingenuo jovencito, no te decía que la cuidaras a ella, te decía que te cuidaras tu de ella- se terminó de reír por lo que Aleister se ve más relajado y sonríe de lado, cuando veo que quiere reir le doy un codazo en las costillas por lo que este deja de sonreír.

-Mi bebe siempre ha tenido una forma de comportarse diferente de la mayoría que su madre y yo pensábamos que mientras creciera se calmaría pero en lugar de eso solo evoluciono.

-Lo se señor pero eso es lo que me gusta mas de ella- mi padre le palmeó la espalda sonriente.

-Ese es mi muchacho, por eso desde el momento en que te vi supe que eres el indicado, recuerda que te dije que el que persevera alcanza y míranos ahora ya casi somos yerno y suegro- casi me atragante con mi propia saliva, sabía que era mala idea traer a Aleister porque le iban a meter ideas de casarnos lo más pronto posible.

-Bueno papá, debes de estar ocupado hablando con los demás invitados así que por favor deja a mi pareja- jale un poco a Aleister, sino lo hacía él lo iba a querer acaparar.

-Ni creas, además Aleister quiere seguir hablando con este viejo ¿Verdad?- el nombrado me ve de reojo, sino quiere dormir en el suelo o en su casa con tuberías estropeadas sabrá que elegir.

-Mejor para hablar cómodamente hay que planear reunirnos un dia de estos- chico listo.

-Me parece perfecto, te veo el proximo martes, me confirmas si vas a ir por mensaje - Veo como papá se va para rápidamente mirar a Aleister.

-¿Tienes el número de mi papa?- pregunte extrañada.

-SI- contestó con simpleza.

-¿Y te vez con mi papá?- pregunte aún más extrañada.

-Si.

-¿Por qué?- apenas me entero de esto.

-Descubrimos que a los dos nos gustan los juegos de mesa por lo que de vez en cuando nos reuníamos a jugar una partida de damas inglesas u otro juego- asentí, no estoy enojado que me lo ocultara pero es raro.

-¿Por qué no me lo dijiste?- él sujetó mi cintura y me sonrió besando mi mejilla.

-Nunca me lo preguntaste- me vuelve a besar pero esta vez en la otra mejilla.

-¿Estás enojada?- asentí haciendo un pequeño puchero el cual el beso.

-No me gustaría que mi papá me quitara a mi hombre- me vuelve a besar por lo que nos reímos los dos al terminar el beso.

-Pensé que ya me tenías bien adiestrado para que eso no suceda- negué volviendo a juntar nuestros labios en un pequeño beso.

-Eso pensaba yo también pero al parecer debo de reflexionar el ponerte cadena desde ahora- el vuelve a negar dejando un beso en mi frente por lo que yo le doy un beso en la mejilla.

-Me siento extraño- dijo de repente.

-¿Por qué?- le pregunté.

-Nunca me imagine que besarte con tanto descaro frente a toda tu familia se sentiría tan bien, creo que la primera impresión no salió muy bien- me reí y esta vez yo lo bese.

-Salió mejor de lo que esperaba, además que mientras tengas muchos ceros en el banco y vengas de una buena familia mis tías te adoraran y se harán de la vista gorda a todo lo malo que hagas- él se ríe como si hubiera dicho una broma sin saber que se lo digo enserio.

-Osea que ya tengo esto ganado, me encargaré de trabajar muy duro para que esos ceros nunca bajen porque sino seré un repudiado- asegura pero niego, ellos se pueden joder, a mi me gusta Aleister por lo que es no por su dinero o estatus.

-Las personas que no se fijarán en tu cuenta de bancos sino en tu personalidad son mis papás, hermano y Raisa, así que portate bien- pero que digo si el con unas palabras ya tiene a todos en su bolsillo.

-De eso no te preocupes, te aseguro que tu madre ya está planeando nuestra boda- mi madre ya planeó hasta el bautizo de mis hijos desde hace años.

-No lo dudes- le sonreí y él tomó mis manos entre las suyas y las beso en un tierno gesto.

-Pensé que no vendrías, te extrañe tanto- siento unos brazos abrazarme de lado dejando al olvido la romántica escena que protagonizaba junto con mi Aleister.

-Nos vimos hace tres días- le devuelvo el abrazo como puedo puesto que el estómago de la muy embarazada Raisa lo impide un poco.

-Te extrañamos- habla por el ser que crece en ella.

-Y yo a ustedes- le di un beso en la mejilla a lo que ella me lo devuelve, me separo un poco para acariciar su gran vientre a lo que Raisa ríe la cual está a nada de dar a luz, solo faltan unas pocas semanas.

-Cuando presencio escenas asi siento que el hijo que está esperando tu esposa es de mi mujer y yo sobro- le dice Aleister a Damian que se encuentra junto a él sin despegar los ojos de la escena.

-Con el tiempo te acostumbraras a su conexión "única"- le contesta Damian, el sabe que su esposa y yo somos almas gemelas pero de una forma no romantica
Me separe de Raisa que ríe por los comentarios de esos trogloditas, los cuales en este tiempo han formado una amistad puesto que Damian que nunca se se separa de Raisa y Aleister que misteriosamente siempre va donde yo vaya se ven seguido cuando nos reunimos Raisa y yo lo cual es seguido, los dos hicieron clip al instante ya que tienen gustos parecidos.

-¿Sigues sintiéndote mal?- le pregunté a Raisa la cual asiente.

-Me duelen los pies, la columna, me pica todo y odio tener que ir al baño cada cinco minutos, me dijo la doctora que es normal pero es un infierno, ojala y nunca te embaraces Jane- me reí y vi de reojo a Aleister el cual está serio .

-No pienso hacerlo, con ser la tía rica y divertida que consiente a sus sobrinos me va- le comente lo que he comentado diversas veces.

-Ya veremos cuanto le dura eso- murmura Damian a lo que Aleister ríe y por mi parte lo miro de malas.

-Los espero en el parto- toma mi mano Raisa y yo la aprieto entre la mía, aunque Raisa se queje de sus sus síntomas de embarazo se le ve de lo más encantada con tener hijos y sueña con porfin tenerlo entre brazos aunque yo me imagino que es para ya no sentir ningún malestar.

-Ahi estaremos- habla Aleister tomando mi cintura y pegándome a él.

JANEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora