ultimo extra

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Aleister.

-No me convence- Exclama Jane un poco estresada por lo que despegue mi vista de mi laptop para verla discutir sola y en voz bajita, esa es mi señal para dejar de trabajar por hoy y dedicarme a ella.

Me levanté del sillón y caminé hacia ella que solo está a unos cuantos pasos míos trabajando, tal y como cada noche me coloco tras de ella y masajeo sus delgados hombros.

-¿Quieres un poco de té?- le pregunte al saber que eso la logra relajar.

-Por favor- me incline y deje un beso en su mejilla viendo su hermosa cara por última vez para dirigirme a la cocina, al dejar calentando el agua me dirigí al refrigerador buscando algo que sea capaz de cocinar, cuando encontré los ingredientes necesarios los saque y me puse a manos a la obra.

Antes de conocer a Jane mi experiencia en la cocina era casi nula al solo calentar de vez en cuando agua, pero al descubrir sus malos hábitos alimenticios y darme cuenta que ella no era consciente de estos tuve que intervenir a mi manera, la cual fue aprender a cocinar o intentar hacerlo, lo cual me costo quemaduras y cortes en los dedos o palmas pues era pésimo, la mayoría de intentos estaban quemados, crudos o los dos pero Jane como quiera lo comía sin quejarse del sabor, cosa que calentaba mi corazón pero eso casi le costó una intoxicación por lo que después de ese incidente tuve que ir a clases de cocina sino quería quedarme sin pareja.

-Perfecto- sonríe al ver el resultado, tome el plato y la taza en cada mano dirigiéndome hacia ella, cuando estuve cerca deje los trastes en la mesa, dejó de teclear para mirar la comida.

-No tengo hambre- tomo la taza para darle un trago y volver a su trabajo, volví a masajear sus hombros.

-Debes de descansar, es suficiente trabajo por hoy- bese debajo de su oreja.

-Solo un poco más- se negó.

-Mañana lo haces, apuesto que te saldrá mejor si estás fresca- acaricie sus brazos desnudos sintiendo lo tersa que es su piel, después de un suspiro cerró la laptop,

-Esta bien- coloque a un lado su trabajo y puso frente de ella su comida, tome un silla y me senté junto a ella viendo como comía, admire lo bella que se ve con el cabello sujeto en un chongo mal hecho concentrada en comer, no puedo de dejar de verla y sentir mi corazón latir y aun después de tanto tiempo a su lado no me explico porque esto cada vez se hace mas fuerte.

-Abre la boca- me ordenó colocando frente a mi cara el tenedor con un trozo de melón, al instante la abrí para que ella me alimentara. En estos meses que hemos estado saliendo se ha mostrado recia a ser cariñosa pero con el tiempo supe que Jane no es una mujer de palabras, le es difícil mostrarse melosa pero si es mujer de acciones, aunque no me lo diga muy seguido siempre demuestra que me ama tal vez tanto como yo la amo, esas acciones hacen que me sienta el hombre más afortunado.

Al terminar limpie con una servilleta su boca, ella simplemente se deja ser.

-Dentro de una semana viajaré a Singapur- hace una pequeña mueca.

-¿Tienes problemas?- ella niega.

-Nada de eso, solo son pequeñeces que en dos días lo puedo arreglar- acaricia mi mejilla, por estas caricias haría lo que fuera, tanto así que para no separarme de ella mude todo mi trabajo aquí, no quiero volver a Inglaterra nunca si no es con ella.

-Aquí te esperaré- se levanta y me tiende la mano.

-Prométeme que cuidaras bien de popo- asentí recordando al pez que le regale hace dos meses, ella al principio lo quería devolver pero le fue agarrando cariño con el tiempo tanto así que no me atrevo a decirle que accidentalmente se ha muerto dos veces y que he comprado sus reemplazos.

-Siempre lo cuido, tal vez mañana podríamos ir de paseo- después de mentir descaradamente cambie el tema.

-Me agrada la idea, podemos ir en el descapotable y perdernos por ahí hasta de noche- se acerca a mí y envuelve sus magníficos brazos en mi cuello.

-¿que tan noche?- le pregunté sonriente viendo su boca tan cerca de la mía, ella asiente rozando esos labios traviesos con los míos.

-Muy de noche- murmura para después por fin juntar sus labios con los míos en un beso hambriento donde la sujeto con una mano de la nuca y con la otra acaricio su fina cintura ella da un saltito donde con un poco de mi ayuda enreda sus hermosas piernas en mi cintura, al ya saber que prosigue la sujeto bien para con ella caminar hacia nuestra habitación.

Con ella me siento completo, con Jane me siento vivo y aprendo de ella lo que es vivir realmente, tanto así que la vida que antes me parecía oscura, monótona y vaga me atrevería a recorrerla si es solo a su lado, porque con ella la oscuridad se vuelve acogedora.

...

Dato curioso Jane le puso popo a su pez porque vio que hace mucho del baño, pero le quiere porque es un regalo de Aleister.

JANEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora