Rodando en Mentiras.

8- La Llamada

- Amor, vuelve a la cama. ¿Qué haces levantada a estas horas? - Andrew me llama desde la cama y se revuelca entre las sábanas. Su cuerpo desnudo es atacado por la luz de la Luna y yo solo puedo lamerme los labios. - ¿Qué esperas? Ven acá.

Apago el cigarrillo que tengo entre manos y me dirijo hacia la cama.

- Me encanta la forma en que caminas. ¿Te lo he dicho alguna vez? Tus piernas se ven más cómicas.

- Imbécil. Sabes que nunca voy a poder caminar como cualquiera de las modelos europeas con las que trabajas y ahora dices que te encanta la forma en que camino.

- Por eso te amo. Porque no eres como ellas. Eres natural y totalmente diferente a la perfección de la que me suelo rodear.

- Ahora me dices imperfecta.

- Vamos Enma sabes que te quiero. Amo todas tus imperfecciones. Las amé desde que te vi en esa silla fea que hasta hoy te empeñas en usar.

- Sí, sé que ya no la necesito pero aveces soy un poco paranoica. Aveces pienso que Samuel tiene a alguien vigilándome y que ya puede saber mi secreto.

- Más bien tu mentira.

- ¿Podemos cambiar el tema?

- ¿Qué es lo que el amor de mi vida necesita?

- Un polvo no me vendría nada mal.

Andrew sonríe y me tira a la cama. Estoy encima de él recorriendo con mis manos sus cabellos. Sus manos recorren toda mi espalda hasta llegar a mis nalgas. Las aprieta al mismo tiempo en que su boca domina la mía en un beso devorador.

Ring, ring.

- Puedes apagar el maldito teléfono - Andrew me replica y me levanto a colgar la llamada. Tengo que poner el celular en modo avión para estas ocasiones y hoy no lo he hecho.

Es un número desconocido el que llama. No sé por qué pero el miedo me ha invadido el cuerpo entero. Puede que sea un equivocado pero presiento que no es así. Contesto con miedo y mi voz sale débil y callada. - Hola. ¿Quién habla por ahí?

- Hola Enma. Pensé que estarías dormida a esta hora pero parece que no es así. ¿Tienes compañía?

La voz de Samuel es la que escucho por teléfono. Mi cuerpo se paraliza y respondo como una tartamuda.

- No... ha..bía.. tenido una, pesadilla. Por eso estaba despierta. ¿Todo bien por Italia?

- No tienes por qué mentirme Enma. Antes teníamos un trato ¿te acuerdas? No iba a meterme en tu vida ni tú en la mía. Me alegro de que hayas conocido a alguien como Andrew. Es un chico de los nuestros y muy buena persona.

- ¿Cómo lo sabes?

- Crees que te mandaría a Francia sin protección ni vigilancia. Además es el sobrino de Edward.

Edward es mi psicólogo y sí, sé que fue tonto de mi parte acostarme con su sobrino pero pensé que había algún tipo de confidencialidad entre mi doctor y yo.

- ¿Fue él quién que te lo dijo?

- Sí. Lo sé hace años. Sé el tipo de relación que comparten Andrew y tú. Me alegro por ustedes. Edward también me informó que mejoraste con la terapia. Te felicito.

- ¿Ya no guardas más rencor hacia mí por haberte disparado?

- No. El pasado pisado. No estabas bien en esos momentos. Estabas totalmente desequilibrada. También me contó de tu adicción. Lo siento de verdad Enma. Yo no sabía todo lo que el accidente había provocado en ti.