7- La Promesa

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- Cuando era más pequeña solía sufrir de estos ataques. Ver ese carro chocar la transportó al pasado. Yo casi no recordaba cuándo había sido la última vez que le había sucedido algo como esto. Por un momento creí que lo había superado pero lo que pasó hoy me demuestra que solo estaba equivocada -. Esa suena como la voz de Lisa. Se nota algo triste y decaída. ¿Qué habrá sucedido?

Intento abrir los ojos pero se sienten tan pesados. ¿Qué me pasó? Creo recordar que estábamos de compras y haciendo bromas sobre sus acentos fingidos pero no recuerdo nada más.

- No creo que lo mejor para ella sea esto. Enma necesita sanar. Necesita un tratamiento. Yo se lo puedo pagar -. Ese es Samuel pero a qué diablos se refiere con que necesito tratamiento.

- No estoy de acuerdo con lo que propones Samuel. Enma es una chica que ha pasado por momentos malos pero está perfectamente bien de la cabeza. Ella no necesita a ningún loquero que la trate por algo que podría sucederle a cualquiera, incluido tú.

- Que no se te ocurra morder la mano que te da de comer, Lisa. Cuida tus palabras hacia mí. Te he mantenido como la enfermera de Enma porque ella y su familia te respetan y aprecian pero mi opinión puede cambiar en un momento. No sabes lo fácil que me resultaría desaparecerte de su vida.

- No la amenaces - mi voz sale apagada pero lo he dicho lo suficientemente alto para que ambos me escuchen. Abro los ojos suavemente y el resplandor de las luces del atardecer me hace volver a cerrarlos de nuevo. - Que no se te vuelva a pasar por esa cabeza amenazar a Lisa ¿entendiste Samuel?

- Que bueno que estás despierta mi niña. Ya me estaba preocupando demás - Lisa corre hacia mí y me abraza. Pega su boca a mi oído y continúa en voz baja. - No lo dejes ganar. Quiere mandarte a un loquero.

- No hay nada de qué preocuparse Lisa. ¿Cuándo nos vamos? No soporto los hospitales.

- Estamos esperando a la última revisión del médico - me comenta Lisa.

- No me respondiste Samuel. ¿Quedó claro lo que dije?

- Super claro. Continuando con otros asuntos le estaba informando a Lisa que un amigo de mi tío se ha establecido en Francia. Él es un excelente psicólogo y he pensado que podría atenderte.

- Yo me encuentro perfectamente bien de aquí arriba - le digo señalándome la cabeza. - No necesito de la ayuda de los amigos de Dante para continuar con mi vida. ¿Sabes cuándo llega el médico?

- No es un chiste Enma. ¿Sabes tan siquiera lo que provocaste?

- ¿Sabes lo que estás provocando tú en estos momentos? - No lo dejo responder y continúo. - Estás volándome la puta cabeza y no estoy de ánimo para tus actuaciones de mafioso humanista. Voy a salir de este hospital con Lisa para mi casa te guste o no y no se va a volver a tocar el temita del loquero francés. ¿OK?

- No eres nadie para decirme lo que tengo que hacer. Como mi mujer harás lo que te digo. No es una opción a elegir Enma. Mañana partirás a Francia y estarás el tiempo que necesites.

- ¿El tiempo que necesite o el que tú necesites? No sé de qué se trata todo esto Samuel o si está relacionado con tus turbios negocios pero no me largo. ¿Me oíste hijo de puta? No me largo.

El médico entra despacio a la habitación. Al parecer se ha dado cuenta de que no somos un matrimonio perfecto. Firma el apta médica y ya soy libre de irme de este lugar.

Lisa está feliz porque he ganado una batalla. Aunque solo me deja más aturdida. ¿Samuel quiere mandarme a otro país como loca para poder continuar su vida tranquila al lado de Melissa o porque está enredado con la mafia italiana? Aunque también puede ser con la policía.

Rodando en Mentiras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora