0.1- Enma

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La vida es una rueda. No como una rueda de la suerte sino como una rueda de carro. Una jodida llanta. Rueda y rueda, forma parte de toda una máquina y aunque esté en constante fricción con el suelo (esté este en las condiciones que esté) es de vital importancia para que todo el vehículo cumpla con su función, llegar al lugar deseado en el momento exacto.

Esa fue a la conclusión que llegué horas después de recobrar el sentido aquel domingo. El hospital se sentía tranquilo o a lo mejor era esa la forma en la que yo lo percibía. El olor a medicinas me llegaba a la nariz y lo detestaba, aún hoy lo sigo detestando, pero todo lo demás me parecía tan normal y aburrido, y sobre todo frío, sin una gota de vida.

Asi fue como me sentí, todo el tiempo había estado rodando y rodando hasta que la llanta se pinchó. Había tenido el accidente más atroz que alguien puede tener y solo tenía trece años. Me quedé sin mis llantas y sin la posibilidad de rodar para seguir adelante. Aunque ahora que lo pienso me da un poco de gracia la silla de ruedas nueva (hecha a medida), ¡con esta cosa hasta se puede volar!

Mi vida cambió de un segundo para otro, me quede en silla de ruedas y sin el baile, mi propulsor para ser feliz y la vida a la que me iba a dedicar.

Hoy no tengo sueños. Hoy no tengo vida. Mi futuro esposo les sonríe a todos con alegría, creo que para que piensen que él puede hacerme feliz o que su "máquina de la felicidad" lo logrará (palabras de mi madre). La verdad es que ninguno lo será o puede que en parte él sí, eso lo decidirá su novia que dentro de cinco segundos será su amante.

- Enma Collins ¿acepta usted por esposo a Samuel Smith para amarlo y respetarlo en la salud y en la enfermedad, en la alegría y en la tristeza hasta que la muerte los separe?

-Acepto.

Rodando en Mentiras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora