6- Luna de Miel

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El día continuó con tranquilidad en la casa. Lisa y yo preparamos las maletas durante la tarde y por la noche disfrutamos del aire veraniego en el patio trasero junto a la piscina. No me encontré con Melissa en lo que quedaba de día y de Samuel supe que estaba enfrascado en su trabajo en el estudio de la primera planta. En el lugar del crimen, donde los escuché a ambos discutir sobre planes secretos de los que yo no formaba parte.

Intenté hablar con él pero no me permitió la entrada a la habitación y cuando traté de abrir la puerta, sin invitación por su parte, me di cuenta de que estaba cerrada.

Sospecho que Melissa se encuentra encerrada en una de las habitaciones de la casa. Tanto el estudio de Samuel, sitio que no he visto por primera vez, como el inalcanzable segundo piso son lugares que me encantaría descubrir pero en los que mi presencia no está permitida. Por lo menos, como algo positivo, he notado un cambio en las actitudes de Anne y otra chica, Carmen, que trabaja en la limpieza del segundo piso. Están muy atentas a mi comportamiento. He notado que mientras más me alejo de Samuel y de su espacio más se acercan a mí y se vuelven cariñosas y comprensivas. Al parecer la estrategia ha sido efectiva más en unas chicas que en otras. En el caso de Taylor ha tenido un 100% de efectividad. Hoy en la tarde hasta me abrazó y me dijo que podía contar con ella para lo que hiciera falta y que si necesitaba de una amiga ya sabía dónde encontrarla.

Sus cambios hacia mí me decepcionan. Hubiera sido mejor no tener que actuar de buena delante de Melissa y aguantar el odio de las chicas. Prefiero eso una y mil veces pero estoy sola en esta casa y el apoyo indispensable de Lisa no es suficiente si todo el batallón de infantería está en mi contra, exceptuando a Miriam claro.

Lisa y yo nos vamos a la cama a las nueve y media de la noche. Queremos dormir desde temprano. Mañana partimos al aeropuerto a las tres de la madrugada. No entiendo por qué esa hora. Es como si quisieran que nuestra partida sea secreta o quizás Samuel no quiere que Melissa sea vista por alguien. También me ronda la cabeza que "su plan" será puesto en marcha desde nuestra partida al viejo continente. Podrán ser muchas incógnitas pero todos los caminos llevan a Roma, mi destino.

Esta noche no he podido pegar ojo. Los nervios me están consumiendo el cuerpo por entero. Lisa siempre duerme y sus ronquidos me sacan la sonrisa durante un par de horas hasta que la alarma suena. Lisa se despierta y se dispone a levantarse y con ella, al parecer, toda la casa.

Lo que era silencio se ha vuelto susurros para más tarde ser gritos. Samuel no ha parado de gritar. Suena molesto, totalmente furioso. Yo me he convertido en una lámina de cristal, casi invisible y callada. No deseo hablar con nadie y las pocas palabras que pronuncio son para despedirme de los chóferes, de las chicas de la limpieza y de la adorada Miriam.

Me sorprende que no nos acompañe Melissa. No me había dado cuenta hasta ahora de que su presencia faltaba en el carro que conduce Samuel así que se lo digo.

- Pensaba que Melissa nos acompañaba.

- Ella se unirá a nosotros en Italia. Su vuelo sale a mediodía.

Acepto las palabras de Samuel aunque no me las trago del todo. Por lo menos no tendré que mirar la cara de la chica y acordarme de sus amenazas constantes hasta que estemos en Italia.

Samuel y yo no nos dirigimos más la palabra en lo que queda de mañana. El avión en el que viajamos pertenece, y no me causa sorpresa, a su tío Dante. Ya me estoy dando cuenta de quién controla todo.

Surcando los cielos me quedo dormida. Al menos he podido recuperar las horas de sueño que había perdido anoche. Me despierto cuando siento mi cuerpo apretado contra otro. Es Samuel, me lleva en brazos cargada para bajarme del avión.

Rodando en Mentiras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora