El avión privado de Samuel nos envía de vuelta a Chicago. Igual que como ocurrió en el viaje de ida Melissa no nos acompaña en este, ni mucho menos Charlotte. Samuel está extraño, muy extraño. Su actitud con respecto a mí ayer, cuando nos encontramos en medio del camino a la casona, es totalmente opuesta a la de hoy. No sé que le habrá ocurrido hoy o puede que fuera ayer cuando se encontraba extraño y ahora haya vuelto a ser el mismo Samuel de siempre.
Ayer durante la tarde me dijo que estaba preciosa y fue muy amable conmigo, cosa que odié pues me recordó a la cría inocente que se creyó su historia de amor. Hoy no me ha dirigido la palabra. Solo unos tristes buenos días que creo no me los merecía después de haberme comportado tan bien con él.
Tengo varias hipótesis en la cabeza y todas están relacionadas con Melissa. Creo que la relación que comparten los dos ya no es la de hace cinco años, o por lo menos para la chica porque al parecer para Samuel nada ha cambiado.
Esta vez es otro hombre el que hace los honores y me ayuda a bajar del avión. Samuel solo se inmuta para decirme que nos dirigimos a la casa de su tío Dante. Allí estará toda la familia reunida para compartir un almuerzo y darnos la bienvenida.
A este almuerzo de bienvenida no vendrá Lisa. Samuel y yo somos los únicos que tenemos permiso para entrar en la casa del jefe. Mi enfermera va directo a la que todavía es mi casa aquí en Chicago, la casa donde solo residí durante dos noches y un día.
La casa de Dante es gigantesca y muy moderna. Las cámaras de seguridad se ven a plena vista tanto en las rejas que rodean la casa como en las paredes del frente. En el portal de la casa están un grupo de hombres para recibirnos entre ellos el tío de Samuel, mi hermano, mi suegro y otros que no conozco pero que estoy segura son sus guardias.
Samuel se ha colocado la máscara de esposo perfecto y me ayuda a bajar del carro y a sentarme en la silla. Al verlo mi hermano expresa una sonrisa y no sé cómo puede ser tan burro como para creerse tan poca mentira. Los hombres de alto poder como son mi suegro y su cuñado abrazan a Samuel y le dan la bienvenida a casa. Mi hermano por el contrario corre a abrazarme con fuerza. - Te he extrañado tanto hermana. Los niños mueren por verte y mamá también.
- Yo también te he extrañado a muerte - lágrimas de felicidad escapan de mis ojos sin control. Danilo me aprieta aún más y de su ojo derecho se escapa una lágrima. - Límpiate rápido. No quiero que te llamen débil por llorar por tu hermana.
- Ya les he probado lo suficiente en estos cinco años.
- Deja tus negocios a parte, por favor. ¿Dónde están mis sobrinos? Quiero verlos.
- Vamos dentro hermana, allí te esperan.
Entramos todos a la mansión de Dante y nos reciben las mujeres y niños.
La primera que me abraza es mamá. No para de apretarme con sus delicados brazos. Está más delgada que la última vez que la vi y aparenta más años de los que tiene.
- Has vuelto a casa Enma. Te he extrañado mucho.
- Yo también te extrañé mamá.
- ¿Por qué nunca me llamaste? Esperaba con ansias tu llamada pero nunca llegó. Tu padre también te ha extrañado. Él no pudo venir hoy por negocios pero te manda saludos.
- Mamá, papá murió hace diez años.
- Mi niña tú también vas a decir lo mismo que dicen todos. No caigas en su mentira. Tu padre está vivo, siempre ha estado vivo.
Las palabras de mamá me dejan en mal estado. Danilo, que no se apartó en ningún momento de nosotras, aleja a mamá de mí a tiempo para que no vea mis lágrimas. Sofía, la mujer de mi hermano, se acerca corriendo para terminar guiando mi silla hacia uno de los baños de la casa.
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Rodando en Mentiras.
ActionEnma es una chica que ha pasado por mucha mierda pero que la llamen loca sobrepasa todo. Su marido de mentira ha decidido que lo mejor sería un tratamiento en Francia y ella solo puede pensar en pulsar el gatillo. Quédense junto a mí para conocer e...