Rodando en Mentiras.

29- Los Asesinos

Muchas cosas cambiaron en cuestión de segundos en esa dichosa habitación que Samuel mantiene escondida de todos excepto de Anne, su espía. Fue llegar y descubrir que permanezco en la mente de Samuel en magnitudes gigantezcas. Toda esa habitación y lo que esconde tras su puerta lleva mi sello, lleva recuerdos que solo Samuel ha compartido conmigo y demuestra, por sobre todas las cosas, que Melissa decía la verdad. Esa idea no ha parado de joderme la puta cabeza. La amante de Samuel dijo la verdad aquella mañana en que despertaba de los efectos de la droga y me atormenta, me deja hecha pedazos.

- (...) a mi lado podría olvidarse de ti.

Esa oración me dejó pensando. ¿Por qué diablos tendría Samuel que olvidarse de mí? Aquella noche dejó bien claro que no me quería, que solo me había utilizado para no quedar como un cornudo ante todos y por su prometida. Dejó bien claro que la traición no iba a golpearlo de nuevo, no lo permitiría. ¿Entonces por qué debía olvidarse de alguien que nunca quiso?

- Te mintió. Samuel sentía el mayor deseo por ti y solo por ti.

Desde mi punto de vista las palabras de Melissa eran simples y ordinarias mentiras. Pero al entrar en esa habitación y ver con mis propios ojos las marcas que yo le había dejado a Samuel en su vida y marcas que guarda para sí, bien escondidas del mundo exterior, me di cuenta que era yo y no ella la equivocada o la mentirosa.

- (...) Tú ya no tienes dieciséis años, eres toda una mujer, además ambas sabemos que lo deseas también.

Ella no mentía, sin embargo yo sí lo hice, lo hago. Y lo seguiré haciendo porque no es sano para mí decirme la verdad. No es sano para los recuerdos que llevo cargando o para los jodidos sentimientos que pesan más que cientos de muros. La mentira es ligera y en ocasiones productiva para sacarme de los líos en los que me meto.

- Cuando Samuel vuelva de la capital voy a contarle toda la verdad, mi relación con Charlotte, los chantajes de Margaret, absolutamente todo.

Lo siento Melissa. Lo siento Charlotte. Lo siento Samuel. Bueno, por Samuel no lo siento realmente pero de cierta forma si lo hago. Ninguno de los tres se merece lo que Taylor les está preparando para esta noche. Para ella es el papel más difícil que en su vida hará, para ella es un trabajo pero también venganza. Terrible combinación la que hacemos cuando ambas nos unimos, lo jodemos todo y los mandamos a todos al mismo infierno. Mi cabeza todavía está bloqueada porque no hay un simple porque. Porque esto, porque lo otro, porque aquello, no es único sino variado y diferente porque esta historia no tiene un protagonista o un villano; en esta historia no hay lobos disfrazados de ovejas u ovejas carnívoras cazando a los lobos. Esta historia es diversa, es especial y la única forma de entenderla es sintiéndola, porque solo de esa forma se encuentra un sentido, se encuentra nuestra venganza.

(...) Lo único que he deseado todo este tiempo es venganza. Venganza de Samuel y de las heridas que causó en mi interior. (...) Después de eso caminaré frente a todos y esa sí será mi libertad absoluta, de una vez y por todas.

- (...) venganza.

- Como la señora Smith mande. - Taylor se levanta de la cama con el portátil agarrado fuertemente entre sus brazos y se dirige a la puerta principal.

- Espera. ¿Qué haces?

- No esperes que vuelva a cargarte en mi espalda en el trayecto de regreso a la cama.

- ¿Vas a entregarle el portátil a Charlie? Si lo haces él mismo volará a Springfield a matar a Samuel esta misma noche, no puedes entregarle las pruebas.

- Ves como ahora si estás de mi parte.

- ¿Qué vas a hacer con la evidencia?

- Desafortunadamente hasta hace muy poco le era completamente fiel a ese hijo de puta que solo piensa en ti, no te ofendas.