SAMUEL:
Tres con treinta y dos minutos me indica el reloj, y estoy atrasado. Hoy, si todo sale según lo previsto, sacaremos a los rusos de su guarida y los atraparemos como ratas. Esas fueron las palabras de Dante hace ocho meses atrás.
Es el jefe y desde siempre ha tenido el control, yo debo seguir las órdenes. Pero también es mi tío, soy hijo de su única hermana y para mi suerte él ve por los ojos de ella. Mamá lo convenció, después de que yo la convenciera, de dejarme en paz en Italia, de dejarme en paz para estar con Melissa. Aún así, Dante, como suele hacer al tratarse de temas como estos, de familia, dividió su decisión a partes iguales.
Si formaba una familia con Melissa él, como tío que es, iba a darme la en hora buena y dejarme paz. Solo si eso ocurría.
La otra mitad de su decisión contaba con el hecho de que mis deseos de ser padre no se hicieran realidad. Nunca se cumplieron. Por esa razón me tocó volver a Chicago y hacer lo que él pedía, lo que el jefe pedía.
Enma piensa que todo se trató de una boda y se lo tomó un poco mal creo, después de la nuestra no pienso que le gusten tanto esas celebraciones. ¿Por qué vuelvo a pensar en ella? Claro que conozco la respuesta. Enma me gusta, me ha vuelto loco.
No sé realmente cuándo es que empieza esta historia que entre ambos nos traemos, y no porque no sepa el principio, el principio ocurrió la noche de nuestro compromiso. Aunque pensándolo bien, ese no es el comienzo.
Todo empezó durante una noche de copas que tuve con algunos amigos en el bar del señor Wilson. Su hijo se unió de repente a la fiesta de rones y, perdido entre los efectos del alcohol, contó historias íntimas que la involucraban a ella. Pensé en Serafina y en las estupideces que había cometido con otro hombre que no era el destinado para ella, y pensé en Enma yendo por el mismo camino.
Le clavé un cuchillo de mesa, la primera cosa que encontraron mis manos en aquel sitio y porque, por supuesto, no podía matarlo de un disparo. No matamos a los nuestros, solo si se ha cometido traición, esas son las reglas.
Aún débil en el suelo y soltando sangre, Charlie, ese estúpido de Charlie, resaltó ante todos la traición de mi hermana gemela y resaltó la traición que cometía Enma. Me lo quitaron de enfrente en el momento que apunté mi arma directo a su pecho. Debí haberlo matado esa noche.
Ese fue el comienzo entre Enma y yo, no otro. Desde ese día empecé a acosarla, si no era yo era uno de mis hombres, buscando el momento en que estuviera sola para enfrentarla y dejarle en claro que a mi no se me traicionaba, no lo iba a permitir de nuevo. Durante esas largas jornadas nunca estuvo sola y en los únicos momentos en que escapaba del encierro de Danilo se encontraba con ese malparido. Descubrí que todo lo que se había inventado Charlie era eso, inventos que tenían un solo objetivo. Él esperaba que rompiera el trato que Danilo y yo habíamos pactado para tenerla otra vez en sus manos sin que sus padres, como una vez pasó, o cualquiera pudiera quitársela.
Venganza es la palabra que me viene a la cabeza cuando recuerdo esos meses. Quería venganza de él y esperé pacientemente sin mover las fichas hasta que llegó el compromiso y lo llevé a cabo. Lo pude considerar como una victoria porque Enma estuvo de acuerdo lo cual no esperaba en absoluto sabiendo que él la tenía enamorada.
...¿Enamorada?... ¿Enma está enamorada de Charlie?...
Tenía que saberlo y aclarar todas las dudas y mientras Danilo saltaba de alegría y Emilia tomaba hasta por la orejas, yo me la llevé al cuarto más apartado de la casa. Necesitaba saber la verdad.
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Rodando en Mentiras.
ActionEnma es una chica que ha pasado por mucha mierda pero que la llamen loca sobrepasa todo. Su marido de mentira ha decidido que lo mejor sería un tratamiento en Francia y ella solo puede pensar en pulsar el gatillo. Quédense junto a mí para conocer e...