SAMUEL:
El auto se detiene efectivamente en un club gay del centro de Chicago. Mis hombres me miran extrañados porque no saben qué diablos está pasando. Yo tampoco. Me bajo del auto y avanzo hasta casi la entrada del club donde una fila extensa de hombres, y algunas mujeres, reclinados a la pared esperan su turno para entrar.
Detengo la mirada inspeccionando todo el lugar. El club es enorme, lo constituyen tres pisos, docenas de ventanas y una enorme puerta de cristal, además de un fuerte color rosa en las paredes. El letrero en neón que cuelga desde el techo le da nombre a este sitio.
- ¿Sex/Please? - ¿Aquí es donde los rusos han traído a Melissa? ¿Un club lleno de personas en una sabatina madrugada? No tiene un mínimo de sentido, aunque sé que es una trampa. Las trampas solo tienen el sentido del que las crea. Lo encontraré pero cuando caiga en ella, no antes.
El celular vibra en mi mano, otra vez el número de Melissa. Inmediatamente contesto, la vida de mi chica está en manos de los sucios rusos y sí, pueden quitarme todo menos ella.
- ¿Dónde está Melissa? - Debería hablar de una forma más sumisa y mucho menos agresiva al contestar porque los hechos dictan que sea cuidadoso y bueno con los secuestradores que ponen en peligro su vida. Aún sabiendo esto elijo la rabia y el descontrol, quién sabe lo que debe estar sufriendo Melissa en manos de los rusos. Ellos me amenazaron y yo los amenacé de vuelta, mis errores se han convertido en un costo caro de pagar.
- Dentro del club. - La voz se mantiene fuerte y masculina a mis oídos. - Entra con tus hombres, los estamos esperando. - Y cuelga.
Mi respiración se detiene de momento. Me detengo a ver con cuidado a mis chicos y también, intento calmar el latido de mi corazón que se ha descontrolado en segudos. Si muero yo será mi responsabilidad pero si mueren ellos no me lo perdonaré nunca. Estos chicos son mi familia pero sobre todo ellos también tienen familia. Iré solo. Es la mejor decisión en este caso. El objetivo de los rusos soy yo y no voy a poner en riesgo a mis hombres.
- Señor. Informe de la situación. - Un ajetreado Spencer llega corriendo a mi lado. - ¿Señor? - La voz del chico me saca del momentáneo colapso al que mi mente se ha ido. La posibilidad de morir la siento en la piel pero es por Melissa, es por ella.
- Voy a entrar yo solo. Es lo que los rusos quieren. - Miento porque sus órdenes dictaban lo contrario pero no voy a poner en riesgo a otros por mi culpa.
- Samuel, no estoy seguro de que esa sea una buena idea. - La mirada de Spencer se llena de dudas, sabe que es un suicidio.
Pienso en segundos en tácticas y en formas de salir de esta todos vivos, principalmente yo y Melissa. - Rodeen el edificio, enciérrenlos dentro de su propio juego cubriendo cada hueco de este lugar. Yo entraré y pase lo que pase, Melissa, ella debe vivir.
- Samuel hay que pensar las cosas con claridad antes de caer en su trampa. Entraré contigo y con todos los chicos, - Duda en sus palabras o en la promesa que falla al hacerme. - y salvaremos a Melissa.
- Yo soy el jefe hijo de puta, - Lo ofendo pero su rostro se llena con una ronrisa. - harás lo que mande.
- Señor no estoy de acuerdo.
- Después de toda la mierda que hemos hecho, tú serás mi sucesor. - Las palabras le chocan a Spencer de sobremanera dejándolo mudo. Es que en realidad no tengo ni la más mínima duda de esta decisión, Spencer ha sido mi mejor amigo, he puesto en él toda mi confianza y mucho cariño. Samuel Smith no entrega tan fácil el cariño. - Si los rusos me matan tú ocuparás mi lugar, no permitirás que nadie te lo arrebate, ni Charlie ni mi tío..
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Rodando en Mentiras.
ActionEnma es una chica que ha pasado por mucha mierda pero que la llamen loca sobrepasa todo. Su marido de mentira ha decidido que lo mejor sería un tratamiento en Francia y ella solo puede pensar en pulsar el gatillo. Quédense junto a mí para conocer e...