Bianca.—¡No eres la dueña de mi vida, madre! —grité aun en los brazos de Ashton.
Todo se estaba saliendo de control. Ni siquiera me di cuenta cuando me arrastraron hasta la terraza de la mansión, unos hombres de seguridad iban conmigo y también acompañaban a los familiares de don. Yo solo gritaba, maldecía y hasta intentaba defenderme con puñetazos, pero de nada servía.
Era inútil.
—¡Compórtate, Bianca! ¡Estás montando un espectáculo! —me regañó mi madre atrás, ella iba con el abuelo de Giovanni.
Me detuvieron en un helipuerto, allí un majestuoso helicóptero descansaba, esperándome para de una vez alejarme de aquí. En el espacio también estaban varios francotiradores, habían dejado de velar por la seguridad de la hacienda, para mirar la escena.
—¡Camina! —espetó mamá.
Mis piernas se detuvieron, no sentía ganas de irme. No, cuando no había hecho lo que quería. No cuando la persona que más me había hecho daño y me hizo sentir cosas se debatía entre la vida o la muerte.
—No —me negué.
Percibí los dedos punzantes de Ashton en mi espalda baja, señal de que no debía desobedecer.
Me importó tres pitos.
—¿Cómo has dicho? —su voz era desafiante, pretendía ser una mujer dura, sin facciones, sin emociones.
Pero yo sabía que todos teníamos un talón de Aquiles, solo me encargaría de demostrar que nadie iba a controlarme, porque yo misma era la dueña de mi destino. Nadie más, solo yo.
—¡Que iré a ningún lugar! —vocifere, di un paso hasta mi madre, pero Ashton me atrapó impidiendo que hiciera una locura —. Me quisiste casar, me destruiste la vida, la de papá y la de mi hermano. Quisiste hacer que Priscilla fuera tu semejanza, y lo conseguiste. Se casó con un hombre que no quería solo para tener poder, ¿y ahora qué, mamá? ¿Sabes dónde está? ¡Lo sabes! Esta desquiciada y embarazada en un hospital psiquiátrico en Roma, casada con alguien que no la quiere.
Mi madre se encogió de hombros, me dirigió una mirada de absoluto asco.
—Cierra la boca —amenazó —. Hablaremos esto en privado.
Me reí por su respuesta, siempre velando por su seguridad. Aquí se acababa todo.
—¿Por qué, mami? ¿Acaso tienes miedo de que todos sepan la verdad? —cuestioné sonriendo anchamente.
El abuelo de Giovanni nos escuchaba atentamente, mientras Sergie tan solo me miraba con el ceño fruncido. Cada vez que lo miraba se me removía algo dentro, sus facciones tan similares a la de Don me ponían nerviosas. También esa mirada oscura y fría que me dirigía.
—¿De qué verdad hablan? —preguntó él, confundido.
Mi madre me retó con la mirada.
—Te condenarás tu sola, bastarda —escupió.
—No, te condenaré a ti por mentir y por traicionar a todos aquí. Si yo caigo tú caes, madre—comencé a hablar sin filtro —. Mentirosa, embustera. Eso es lo que eres Sasha Petrova de Lamberdy.
Su rostro se tiñó de rojo mientras escupía esas palabras de mi boca. No tenía intención de callar, pero ella sí de silenciarme.
—Ashton, súbela al helicóptero, nos vamos inmediatamente de aquí —le ordenó a su guardaespaldas.
El gorila me lanzó una mirada de lástima, si alguien sabía todo lo que sufrí con esa mujer, ese era él. Siempre había estado ahí, como un hermano mayor, enseñándonos defensa personal, velando por nuestra seguridad, cuidándonos mientras mamá o papá se iban a sus reuniones con amigos. Yo veía en sus ojos que quería ayudarme, pero también veía que quería vivir y ese sentimiento era mucho mayor que la lástima.
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Reyes de la Mafia ©
Fiksi Umum«El peligro siempre será lo más tentador». . . . Créditos correspondientes a la imagenes de la portada, fueron sacadas de Pinterest. Historia original, prohibida la copia o adaptación.