Bakugou es expulsado

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El primer día de preparatoria Katsuki había sido expulsado. ¿La razón? Su temperamento.

Katsuki desde muy pequeño, era bueno en todo: matemáticas, japonés, inglés, deportes... Y las personas siempre lo halagaban por ello, tanto, que se le subió a la cabeza, al punto de agredir a las personas.

Pero el primer día de preparatoria, ya no tenía a ese inútil de Deku para molestarle. Entonces, tuvo que buscar otro inútil, pero no resultó tan bien. Deku nunca había sido defendido por los demás extras del salón, ni había admitido frente a profesores y el mismo director, que Katsuki lo había agredido.

El inútil nuevo sí lo hizo; y lo único que le había hecho era dejarle el ojo morado y quebrarle la muñeca.

Esa misma tarde después de clase, su madre lo había encerrado en su habitación con llave en la puerta y ventana.

Estaba acostado en su cama sin saber qué hacer. Su madre se había llevado su celular y su laptop, y le había dejado una bandeja con comida en el escritorio. Nunca imaginó que algo como esto pasara algún día. El idiota de Deku sabía callarse, sus padres nunca se habían dado cuenta que durante tres años agredió al que supuestamente era su mejor amigo al punto de casi suicidarse.

Eran las 7:00 PM cuando Bakugou Katsuki entró en la academia UA. Sus padres en tan solo una tarde habían decidido que un internado católico era la mejor idea para que Katsuki dejara de ser un abusador.

Gracias a los buenos contactos de su padre, habían conseguido que lo admitieran en el segundo día del ciclo escolar, sin hacer muchas preguntas del porqué entraba el segundo día.

—Yo seré tu asesor, mi nombre es Aizawa —un hombre de cabello negro lo recibió en la entrada de la escuela y lo escoltó hasta su habitación—. Y ésta es tu habitación. Chicos, él es Bakugou Katsuki, el compañero que les faltaba.

Entraron al cuarto, no era muy pequeño pero tampoco era tan grande como quisiera. Además, tenía que compartir cuarto con tres idiotas.

—Hola, soy Eijiro Kirishima —sonrió un chico pelirrojo.

—Yo soy Sero.

—Y yo Kaminari, un gusto —el chico levantó la mano para estrecharla, pero Katsuki solo se dedicó a mirarlo con altaneria.

—Bien, Kirishima, encárgate de asesorar a Bakugou en su horario y dónde se ubica todo —el profesor salió de la habitación cerrando la puerta detrás de él.

Bakugou miró la cama vacía, que suponía le correspondía, y después observó las otras tres, que ya estaban ocupadas.

—Oye, esa cama es mía —dijo Sero al ver como Bakugou derribaba cosas de su cama. Bakugou le dedicó una mirada dura—. Está bien, podemos cambiar de cama.

A las ocho, todos ya tenían el pijama puesta, y como era costumbre en el internado, las luces se apagaron y todos se durmieron.

...

A las 6:00 AM un timbre despertó a todos. Menos mal Katsuki era bueno despertando temprano, sino hubiera despertado de mal humor. Entró al baño, se vistió con el uniforme y salió de la habitación sin esperar a los demás.

—Espera, se supone que te debo llevar —Kirishima salió detrás de él, casi corriendo, con el saco medio puesto.

Bakugou no le dirigió palabra, le rugía la tripa y lo único que quería era desayunar.

—Éste es el comedor —dijo Kirishima, entraron y algunos ya estaban sentados comiendo.

Bakugou tomó una bandeja y fue a servirse, después, se sentó en una mesa vacía. Refunfuñó cuando Kirishima se sentó a su lado. Minutos después, Kaminari y Sero se unieron.

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